La Universidad de Zaragoza recibe el legado de Miguel Labordeta para impulsar la poesía

Zaragoza.-  La Universidad de Zaragoza (UZ) ha recibido hoy el legado de Miguel Labordeta como un reto para custodiarlo y fomentar el estudio de la poesía contemporánea y aragonesa, en el año que se cumplen 40 de su muerte.

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(EFE)

Donato Labordeta, hermano del poeta Miguel Labordeta, posa ante una vitrina que muestra parte del legado de su hermano, consistente en una colección de 1.850 libros y trece cajas con diferente documentación, que ha donado hoy a la Universidad de Zaragoza. La documentación que se entregará a la institución académica incluye correspondencia, manuscritos originales, grabados, dibujos, fotografías, discos, revistas, e incluso objetos personales, como carnés y pipas.

Así se ha pronunciado Antonio Pérez Lasheras, profesor titular de Literatura de la institución académica y director de Prensas Universitarias antes de comenzar el acto en el que pronunció una conferencia en torno a sus poemas capitales.

Miguel Labordeta (Zaragoza, 1921-1969) fue un hombre "muy divertido, con gran sentido del humor, buena persona y muy generoso", como lo recuerda su hermano Donato, a quien sacaba 17 años, lo que el poeta aprovechó en alguna ocasión cuando iban a la piscina y alguien le preguntaba para decir que era "un hijo que había tenido con la doncella".

Sin embargo, lo que Donato Labordeta cree que lo que define al artista eran sus poesías, porque en la vida real no era tan violento como reflejaba en los escritos y el poder expresarse en ellos le servía para equilibrarse.

Donato ha recordado que la cesión de sus fondos era un "empeño" de toda la familia desde su muerte pero ha justificado el retraso porque su intención era que estuvieran a disposición del público y no guardados en cajas.

Del legado, custodiado por Clemente Alonso desde 1979, Pérez Lasheras ha destacado las cartas que recibió y que permiten saber el complejo mundo que le rodeaba e intuir que en las que él enviaba "debía ser muy lacónico".

Correspondencia que mantuvo con Sol Acín, Juan Eduardo Zúñiga, José María Aguirre, Ignacio Aldecoa, Gonzalo Anaya, José Manuel Blecua, Camón, Celaya, Sabina de la Cruz, Antonio Fernández Molina, Eugenio Frutos, Luis García Abrines, Ibarrola, Mingote, Francisco Nieva, Carlos Edmundo De Ory, Blas de Otero, Pinillos, Rodríguez Aguilera, Seral y Casas, Federico Torralba y Francisco Yndurain.

También los libros dedicados, lo que demuestra que era una persona que estaba muy bien relacionada, y ha recordado que su estancia en Madrid entre 1945 y 46 para hacer su tesis doctoral la aprovechó para irse "de juerga" también con otros destacados personajes con los que participó en la "pequeña bohemia de la posguerra".

La Universidad de Zaragoza ha recibido la herencia con una pequeña exposición que se podrá visitar hasta finales de enero en la que se exhiben primeras ediciones de sus obras autodedicadas, otra muestra de su sentido del humor, una libreta de 1937 en la que escribía sus poemas, así como un proceso de edición completo desde las galeradas, la publicación y las placas de plomo que hizo Mingote para El Heraldo.

Además, se muestra el bolígrafo tallado en hueso con la figura de Charles De Gaulle con el que escribió su última obra, "Los Soliloquios", hecha pública tras su muerte y que también se exhibe.

En otra vitrina aparecen desde la solicitud de ingreso en la Universidad, carnés de la biblioteca, una matrícula de honor, grabados y pinturas de la época y la máscara mortuoria en bronce que realizó Francisco Rallo.

Y es que el Legado Miguel Labordeta está compuesto por una colección de 1.850 libros, que constituían su biblioteca de trabajo, y trece cajas en las que se conserva documentación variada: correspondencia, originales manuscritos, grabados, dibujos, fotografías, discos, revistas e incluso objetos personales, como carnés o pipas.