La primera jornada de rescate tras el terremoto se centra en las víctimas y los aislados

San José.-  La primera jornada de rescate tras el terremoto del pasado jueves, de 6,2 grados de intensidad en la escala Ritcher y que dejó al menos 14 muertos y 42 desaparecidos en Costa Rica, estuvo dedicada al rescate de víctimas y asistir a las más de mil personas aisladas por los derrumbes que provocó el mismo.

La Cruz Roja y otros organismos de asistencia continúan los trabajos para llegar hasta los poblados que permanecen atrapados tras los deslizamientos en las laderas que rodean el área del epicentro del sismo que, según el último recuento oficial, causó además 91 heridos, 25 de ellos de gravedad.

Más de mil personas permanecen aisladas y son 1.228 los refugiados en siete diferentes albergues temporales que recogen a quienes se quedaron sin casa o no pueden regresar a ellas por su evidente inestabilidad.

La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) presume que hay al menos otras seis víctimas mortales cuyos cuerpos aún no han sido rescatados, pues quedaron sepultados bajo un alud en un pequeño restaurante.

En la zona del epicentro, cercana al activo volcán Poás (unos 60 kilómetros al noroeste de San José) no ha dejado de temblar, y el Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) ha registrado más de 1.500 réplicas con intensidades de hasta 4 grados en la escala de Richter.

Esta situación ha aumentado el nerviosismo entre los habitantes de Poás y Vara Blanca, las comunidades más afectadas.

La labor de hoy se concentró en el rescate por tierra y por aire de los pobladores de la zona, así como de centenares de turistas que habían quedado atrapados en las cercanías de la Catarata de la Paz.

Daniel Gallardo, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), indicó a la prensa que el avance de hoy, con 68 incursiones aéreas, fue satisfactorio, a pesar de que aún hay zonas donde los cuerpos de rescate no han podido ingresar.

Muchos de los afectados debieron salir por su propio pie de las zonas aisladas, pues grandes tramos de carreteras quedaron prácticamente destruidas por los deslizamientos causados por los temblores y algunos sobrevivientes indicaron que hay casas completas sepultadas.

Miguel Carmona, presidente de la Cruz Roja costarricense, detalló que por razones de seguridad las acciones de rescate se interrumpieron al anochecer, pero continuarán mañana a primera hora.

Para este sábado se espera la llegada de dos helicópteros militares estadounidenses que permitirán agilizar el rescate de los damnificados.

El presidente Óscar Arias visitó hoy la zona de desastre e hizo un llamado a la población y en especial a las empresas privadas para enviar alimentos y suministros que alivien las primeras necesidades de los más afectados.

La situación en la zona del epicentro, dedicada especialmente a la agricultura y al turismo, es delicada, pues cientos de personas se mantienen en parques y potreros debido al miedo de regresar a sus viviendas o porque estas desaparecieron con el terremoto.

El mandatario aseguró que el recuento de los daños en infraestructura "puede esperar" y que por ahora todos los esfuerzos de las autoridades estarán enfocados "en cosas esenciales", como rescatar a los heridos y garantizar los suministros básicos de agua, alimentos y luz eléctrica a las zonas más dañadas.

"Necesitamos tiendas de campaña, colchones, cobijas... Es tiempo de pedirle ayuda a la empresa privada porque el Estado no puede hacer todo en este momento, en que se pone a prueba la generosidad y solidaridad de las empresas ayudando con todo lo que puedan", dijo.

El terremoto causó además graves daños en una planta hidroeléctrica y en acueductos rurales, por lo que unas 30.000 personas se encuentran sin agua potable en el país.

El evento inesperado del día fue un incendio en una de las bodegas en la sede de la CNE, donde el mismo presidente Arias coordinaba acciones de rescate para esta emergencia.