Suspenden vacaciones a militares paraguayos tras el decomiso de explosivos

Asunción.-  El Comando de las Fuerzas Militares de Paraguay ordenó hoy la suspensión de las vacaciones anuales de sus miembros tras la detención de dos sargentos con un cargamento de explosivos y piezas de fusiles.

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(EFE)

Oficiales de la Policía paraguaya custiodian parte de los explosivos plásticos incautados cerca de la sede de la Dirección de Material Bélico (Dimabel), en la localidad de Piribebuy, a unos 70 kilómetros al sureste de Asunción (Paraguay).

Esa decisión fue decidida después de que la Policía Nacional detuviera la madrugada de este lunes a los sargentos Diego Marcial Aquino, de 32 años, y Silvino Almada (31), con 186,9 kilos de explosivos de plástico C4, detonadores y 25 tubos de cañón de fusiles M1.

Un comunicado de las Fuerzas Militares informa de la apertura de un sumario, de la revisión "completa del material bélico de todas unidades" e indica que "fue convocado todo el personal en usufructo de vacaciones anuales" (veraniegas).

Aquino y Almada fueron apresados en una carretera de la localidad de Piribebuy, a 70 kilómetros al sureste de Asunción, por agentes de la Policía que simularon ser traficantes y les ofrecieron 150.000 dólares por el cargamento, que llevaban en el baúl de un automóvil.

Un tercer militar, identificado como el sargento Raúl Cardozo y propietario del auto, está prófugo, según el comunicado de las Fuerzas Militares.

Cardozo y Almada prestan servicio en la Dirección de Material Bélico (Dimabel), cuyo arsenal está localizado cerca del lugar donde se realizó la operación policial, mientras que Aquino en la Primera División de la Caballería, con asiento en Mariscal Estigarribia, en la región del Chaco.

El ministro de Interior, Rafael Filizzola, dijo a periodistas que la operación es el resultado de una tarea coordinada entre las fuerzas militares y la Policía "a partir de la oferta de estos materiales bélicos" en el mercado negro.

"Estamos hablando de una cantidad importante de armas incautadas, realmente un arsenal, que tiene un poder bélico inmenso", aseveró el ministro, en alusión a las 267 barras de explosivos de 700 gramos cada una.

Filizzola indicó que se desconoce si tanto los explosivos, de los cuales al menos una veintena estaban provistos de detonadores, y los cañones de los fusiles M1 fueron ingresados de contrabando al país o sustraídos de la Dimabel.

Añadió que no tienen "ninguna evidencia que señale alguna vinculación" del hecho con el ataque perpetrado la noche del 31 de diciembre pasado por un grupo armado del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) contra un puesto militar en una región rural.

El puesto de Tacuatí, en el límite de los departamentos de San Pedro y Concepción, centro-norte del país, fue quemado después de que el grupo neutralizara a uno de los militares que lo custodiaban y los atacantes se llevaron dos ametralladoras, dos cargadores con 90 proyectiles, uniformes y chalecos a prueba de balas.

El ministro sostuvo que los del EPP "constituyen una banda delictiva que ha hecho secuestros, robos y se han beneficiado económicamente" y rehusó entrar en controversia con una activista de izquierda condenada por secuestro que se declara parte de ese grupo.