La Caixa se descuelga de la operación Lukoil y del 'apestado' Del Rivero

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, La Caixa se ha construido un puente de plata para poner distancia con el lío que supone tener como compañero de viaje a Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso. La primera caja de ahorros del país y la tercera entidad financiera española ha enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un comunicado (PDF: 15KB) que le permite cruzar el puente que se empezó a construir el pasado sábado, 27 de diciembre, cuando El País publicó que la entidad que preside Isidre Fainé "descarta vender a la rusa Lukoil" su parte en Sacyr, citando "fuentes oficiales" de la entidad catalana.

A la izquierda, Brufau, y a la derecha Del Rivero.

Ése fue el pie para que un 29 de diciembre, y con media España de vacaciones, La Caixa haya puesto distancia con Del Rivero, el hombre que en su día fue el amigo de Zapatero y Aznar y hoy es una bomba de relojería que se mueve por los círculos empresariales, bancarios y políticos de este país, a punto de estallar.

El culebrón

Recordemos el culebrón. Sacyr Vallehermoso, la otrora potente constructora que al inicio de la primera legislatura de Zapatero preparó el asalto al BBVA (segundo banco del país, accionista de referencia de esta web) con el apoyo de personajes como el entonces director de la Oficina Económica del Gobierno, y hoy ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha pasado a convertirse en uno de los hombres con mayores problemas financieros del país. La constructora debía 18.500 millones de euros; los bancos antaño amigos —Santander, Citibank, Calyon y Caja Madrid— quieren cobrar y al constructor murciano sólo le queda una solución: vender el 20% que compró de Repsol, y recuperar el dinero que le costó. Asunto harto difícil, puesto que Del Rivero compró a 26,70 euros la acción, y ésta cotiza ahora a 14 euros.

Con esta movida, y previa consulta con Antoni Brufau, presidente de Repsol, y con la cúpula de La Caixa, Del Rivero y sus hasta hace unos meses amigos y compañeros de consejos y empresas —Juan Abelló y Demetrio Carceller, otros millonarios de pro— aprobaron la decisión de ofrecer el caramelo a los rusos de Lukoil, aunque hubo operación "esperpento" de por medio al confundir Gazprom con Lukoil.

De nada han servido los esfuerzos realizados por todos los que querían hacer caja. La operación entró en vía muerta a principios de este mes, ante el escándalo ocasionado en todos los ámbitos económicos y políticos.

(efe)

Bernardino León.

Desde el vicepresidente Solbes, a Mariano Rajoy, y hasta el ex presidente Felipe González, un tropel de personalidades pusieron su grito en el cielo —con más o menos elegancia— ante la entrada de una empresa rusa —la mafia del país que preside Putin siempre como arma arrojadiza— en la primera petrolera española.

Cogido en sorpresa por la repercusión del asunto, Zapatero encargó a su mejor hombre en asuntos exteriores, económicos y delicados, Bernardino León, poner orden en el tinglado. Asunto nada fácil, si se tiene en cuenta que Del Rivero necesita dinero —y ello pese al respiro que le ha dado la venta de Itínere—. Brufau ya no quiere al murciano en su capital, Abelló y Carceller —mucho menos millonarios por los desastres de la crisis económica— quieren distanciarse del "apestado" constructor murciano —la definición no es nuestra, si no de un amigo de Abelló—, y el Gobierno no se puede permitir una suspensión de pagos —ahora quizá diferida en unos meses— de una compañía —Sacyr Vallehermoso— que en su día fue "gran constructora" cercana a Zapatero, y cuyo presidente fue asiduo a La Moncloa en tiempos de Sebastián.

El sueño ruso se desvanece

Con este panorama, La Caixa, que estuvo dispuesta a vender su paquete en Repsol junto con Sacyr, hoy quiere poner tierra de por medio en el proyecto, aunque los rusos eran los únicos dispuestos a pagar los 26,70 euros por acción que costó el paquete y que durante todos estos meses ha sido la disculpa fundamental para aceptar que se negociara con ellos.

Pero Lukoil es hoy un sueño que se desvanece lentamente. "Difícilmente se va a encontrar a nadie que pague lo que el paquete valía hace dos años", reconocen fuentes cercanas a las negociaciones. "Los contactos comenzaron en agosto pasado, cuando el barril cotizaba a 120 dólares. Nada hacía prever que el petróleo iba a caer por debajo de los 40 dólares. Ahora, Lukoil, como el resto de las petroleras, tiene problemas financieros y debe ajustarse el cinturón". Lo mismo sucede con Repsol, con un Brufau "tranquilo", dicen en la petrolera, que espera acontecimientos y sigue el día a día, porque el precio del crudo "nos obliga a todos a monitorizar las compañías", reconocen en Repsol. Claro que los ataques israelíes sobre Gaza pueden solucionar este problema en breve.

El glamour del sultán de Dubai

Ya sea por el espíritu navideño, o por las ganas de salir de la modorra económica, los hay que no pierden la esperanza. Ante el estancamiento de la situación, Abelló ha encargado a Citibank que busque otros novios para el 20% de Sacyr en Repsol, y parece que otro de los millonarios del consejo de la constructora, Demetrio Carceller, comparte sus criterios e iniciativas.

IMF

Mohammed bin Rasjhid al Maktoum.

Ambos personajes "maldicen la hora en que se les ocurrió confiar en Del Rivero", reconocen medios del sector, donde la irritación contra el constructor murciano, que siempre ha jugado a dos aguas políticamente, es notable hace tiempo. "Ya se sabe, a perro flaco todo se le vuelven pulgas, y el pobre Luis no levanta cabeza ahora. Pero, por eso mismo, y por todo lo que sabe, es una bomba de relojería que nadie quiere hacer estallar", explica un analista e inversor, en su día cercano al círculo de Del Rivero.

¿Queda alguna solución para que esa bomba no les estalle a todos entre las manos? Sí. Hace meses que desde los aledaños del Gobierno, desde los bancos implicados en la financiación de Sacyr, y desde los asesores de otros consejeros de la petrolera, se busca un caballero blanco, imposible de encontrar en los tiempos que corren. ¿Imposible? "No. Quedan los fondos soberanos de emiratos como Qatar, Dubai, o Kuwait, con los que la diplomacia española y nuestros empresarios y financieros mantienen excelentes relaciones", apuntan en medios económicos cercanos a La Moncloa.

Y en este terreno, siempre surge un nombre dorado, el de Mohammed bin Rasjhid al Maktoum, el emir de Dubai. Rasjhid y su rica familia, los Al Maktoum, tienen el glamour suficiente como para que las señoras de los millonarios españoles cada vez que escuchan el nombre del emir se pongan de los nervios. Hace años que sueñan con acudir a las carreras de Ascot con alguien de los Al Maktoum, puesto que Rasjhid es dueño de la cuadra de caballos más famosa del mundo.

Claro que éste no es el primer intento de atraer al emir de Dubai a comprar en nuestro país. El Gobierno Zapatero ya lo intentó en plena campaña electoral , cuando otras inmobiliarias lo necesitaban. El asunto no parece que cuajara definitivamente.

¿Lo hará ahora, cuando todos los fondos soberanos de los siete Emiratos Árabes Unidos (EAU) tienen cada día ofertas para comprar gangas a lo largo del planeta? La primavera traerá la respuesta.