Bicis plegables más allá del transporte urbano

Amaia Latorre y Kim Gili son unos apasionados de las dos ruedas. Su último flechazo: las bicis plegables. Con ellas no sólo pueden viajar en transporte público, sino también enfrentarse a las pruebas de montaña más duras.

Amaia & Kim

"Los autobuses, trenes y metros no se llevan bien con las bicicletas tradicionales", cuenta Amaia, "viajar continuamente en autobús de Pamplona a Barcelona y viceversa resultaba un poco incómodo con estas bicis". "Nuestro idilio con las bicicletas plegables nació sin darnos cuenta", explica Amaia. "Yo ni siquiera sabía que existía este tipo de bicis antes de conocer a Kim. Somos dos apasionados de las dos ruedas y disfrutamos de ellas más como una filosofía de vida que como un deporte".

Kim es un activista de la movilidad en bicicleta, participa con 'Bicicleta Club da Catalunya' (BACC), y conoce muy bien las bicicletas plegables. Un día se le ocurrió comprarse una que le permitiera hacer tanto rutas por carretera como meterse por pistas o utilizarla por la ciudad. Algo ya de por sí difícil con un sólo tipo de bici, y aún más si se tiene que plegar. Sin embargo, Amaia no lo tenía demasiado claro al principio. Eso sí, reconocía que su gran ventaja era el poder llevarla en transporte público, aunque dudaba de si realmente podía funcionar tan bien como las bicicletas a las que estaba habituada. La respuesta la obtuvo al ver a Kim y su plegable en la Bilbao-Bilbao del 2006. Kim se escurría como una lagartija entre un pelotón de más de 6.000 ciclistas. Fue entonces cuando Amaia se convenció y pensó "algún día me compraré yo otra…".

Un año después llegó ese momento, cuando decidieron adquirir un modelo más específico para carretera. Y como dos valientes las estrenaron en la 'Quebrantahuesos 2007', una prueba de 205 km y con un desnivel ascendente acumulado de 3.500 metros. Se prepararon a conciencia en diversas pruebas del calendario cicloturista catalán. Ese día, al cruzar la meta en Sabiñánigo, nació la "Plegapareja" (en catalán "Plegaparella"). Amaia ya no tenía dudas: "La satisfacción que sentimos aquel día tras cruzar la meta ¡no se paga con dinero!". A partir de entonces, las carreteras catalanas y vascas empezaron a acostumbrarse a ver a dos bichos raros, dos cicloturistas sin prisas que han encontrado el medio ideal para viajar de una forma sana y divertida.

Amaia & Kim

En 2008 no han dejado escapar ninguna oportunidad para asistir a marchas cicloturistas: la Bilbao-Bilbao, que ya se ha convertido en una tradición; la Donosti-Baiona-Donosti; la Terra de l’Aigua, de la cual asegura esta pareja que es la marcha más dura que han hecho este año. En estas dos pruebas recibieron sendos trofeos por haber sido capaces de terminarlas sobre bicicletas plegables. "Fueron dos reconocimientos que nos hicieron una ilusión especial, porque nos hacían ver que tras las miradas de sorpresa también había admiración", reconoce Amaia. Con la Miguel Indurain, en Bera de Bidasoa, la Subida a Montserrat y la Pedalada Ecológica Barcelona-Sitges completaron su calendario particular como "Plegaparella".

Para 2009 se han propuesto tres objetivos. La Bilbao-Bilbao, ¡cómo no!, y en tierras navarras dos pruebas muy exigentes: la Irati Xtrem, un reto muy especial por su extrema dureza, y la Larra-Larrau, muy dura también. "Todas nos las plantearemos como siempre, olvidando el reloj y dedicándonos tan sólo a disfrutar del esfuerzo, del paisaje y de la compañía", confiesan. "A pesar de que nos gusta acudir de vez en cuando a marchas organizadas y demostrar que las nuestras son unas bicis más, cuando más disfrutamos con ellas es cuando vamos a nuestro aire, por ejemplo, encontrar un día de verano al mediodía una piscina pública y darnos un chapuzón, llegar a un pueblo con un museo que nos parece interesante y entrar a visitarlo, ir a un spa al final de una ruta dura para darnos un masaje, visitar unas cuevas, librarnos de una carretera llena de coches y a 35ºC subiendo nuestras bicis al tren amarillo de la Cerdanya…", detalla Amaia.

Su relación con las bicicletas como medio de transporte es muy especial, ya que para verse hacen muchos kilómetros pedaleando. De esta manera ahorran en aviones, y ponen su granito de arena para que este mundo sea más sano. Han recorrido el Vallés catalán, la comarca del Priorat, con sus carreteritas que parecen diseñadas por y para ciclistas, el bucólico Valle del Baztán, al norte de Navarra, los alrededores de Pamplona, la encantadora Cerdanya, los sube-baja del Lluçanés… "¡Y lo que nos queda!", aseguran.

Amaia & Kim

La familia aumenta, de momento sólo en bicicletas, ¡ya tienen dos más! Las últimas son para hacer cicloturismo de alforja, y ya las han estrenado en el Delta del Ebro. No han tardado en sacar sus conclusiones: "hemos podido comprobar que su comodidad, su buen comportamiento con alforjas y su gran maniobrabilidad hacen de ellas unas bicis perfectas para este tipo de ciclismo". De hecho, están tan contentos con sus nuevas bicis que ya tienen planes para los dos próximos veranos. "En 2009 haremos la Ruta de los Castillos Cátaros, en Francia, y en 2010, si todo va bien, haremos el GR-99, que recorre el Ebro desde su nacimiento en Fontibre hasta su desembocadura en el Delta".

Kim siempre dice que el futuro está en las plegables. Amaia no lo tiene tan claro, porque dice que la gente es reacia a los cambios. No obstante, parafraseando el eslogan de su marca de bicicleta preferida, dice que hay tener una cosa muy clara: "nuestro futuro es plegable".

Por mi parte solo queda aplaudir. Son un modelo de pareja. Sus vacaciones sólo pueden generar envidia y han conseguido convertir la distancia que les separa en un ahorro económico y de emisiones de CO₂. Al mismo tiempo, se ha convertido en una perfecta excusa para conocer las fantásticas regiones que tienen a su alcance. Al alcance de pedales y de transportes sostenibles. No sé si el futuro es plegable, lo que sí sé es que la "Plegaparella" nos muestra que el futuro es posible. Sus hábitos de movilidad nos enseñan el camino y nos demuestran que los coches y los aviones son sustituibles en muchísimas ocasiones.

*Miguel Santalices es propietario de 'Espaibici', una tienda especializada en ciclismo urbano en Barcelona.