La dieta del yogur responde a la obesidad y a la intolerancia a la lactosa

Los Ángeles (EEUU).-  La cocinera y dietista española Ana Luque presentará hoy en Los Ángeles "The Yogurt Diet", un ambicioso libro en el que se da respuesta a problemas de salud como la obesidad o la intolerancia a la lactosa a través de las bacterias probióticas.

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(EFE)

Para la dietista española Ana Luque los problemas de salud de muchos hispanos en EEUU tienen que ver con el abandono de la dieta que consumían en sus países latinos de origen y su sustitución por comida preparada con alto contenido en aceite o sirope de maíz.

La autora, cuñada de Fernando López Acebo, hijo menor de la infanta Pilar de Borbón, empleó cinco años de su vida para recopilar y analizar estudios científicos con el fin de sustentar su reveladora teoría.

"La flora intestinal es el alma de la salud", aseguró Luque a Efe, al tiempo que explicó que su dieta, basada en la combinación de cocina mediterránea y yogur, permite revertir la intolerancia a la lactosa o al gluten, si se sigue a rajatabla.

A su juicio, gran parte de los males que sufre el organismo radican en la falta de bacterias probióticas, que principalmente se encuentran en el intestino grueso.

Unos microorganismos abundantes en el yogur que, según defiende Luque, son fundamentales para evitar intolerancias a algunos alimentos o controlar los niveles de colesterol, y contribuyen a evitar la obesidad o la diabetes.

"La perdida de peso es un efecto secundario de una dieta saludable", afirmó la autora, de 31 años, que padeció de bulimia durante ocho, una enfermedad que le llevó a investigar sobre desórdenes alimenticios y le acabó convirtiendo en una dietista profesional con clientes de costa a costa de Estados Unidos.

El libro, escrito en inglés y pendiente aún de su edición en español, apuesta por volver a los menús tradicionales en los que no faltan las grasas o las proteínas, denostados en la mayor parte de las dietas, aunque es más severo con la glucosa, uno de los principales "enemigos" de las bacterias probióticas.

"Las dietas altas en azúcar no permiten el desarrollo de los microorganismos necesarios en el intestino grueso, y genera un desequilibrio que acaba derivando en la aparición de obesidad, o incluso diabetes", dijo.

Luque fue muy crítica con el consumo de la leche de soja o el aceite de maíz, muy abundantes en los hogares estadounidenses y que calificó como "malísimos" para el organismo, lo mismo que el abuso de medicamentos.

"El boom del uso de antibióticos en el mundo moderno, que tuvo lugar a partir de los años 40, fue correlativo a un aumento de la aparición de casos de cáncer, colesterol alto, obesidad...", indicó y alertó de que esos productos de laboratorio tienen como consecuencia la eliminación de las bacterias probióticas.

"Yo relaciono el cáncer de colon, la úlcera de colon, con un desequilibrio de bacterias, y hace unos meses esto fue probado por otro estudio realizado en Reino Unido",

El yogur supone un reconstituyente de estos microorganismos y la piedra angular de la teoría de Luque, consciente de que se expone a críticas por sus tesis.

"Dirán que estoy loca, que no soy médico... pero yo lo que he hecho es recopilar la información que existe. Como hay tanta especialización, los doctores no se comunican entre ellos y hay cosas que nunca salen a la luz", comentó.

"Yo tengo todos los estudios científicos y mi experiencia con clientes. He comprobado que los que no pueden tomar gluten y han seguido la dieta vuelven a poder tomar gluten y lactosa", manifestó.

Para Luque, los problemas de salud de muchos hispanos en EEUU tienen que ver con el abandono de la dieta que consumían en sus países latinos de origen y su sustitución por comida preparada con alto contenido en aceite o sirope de maíz.

"Aunque la obesidad sea un problema en México, si vas a las zonas rurales ves que eso no pasa", señaló la autora, quien incidió en que los aceites modernos sustituyeron la habitual grasa de cerdo o manteca para cocinar en este país latinoamericano.