Una bolsa de basura recorre 119 kilómetros en Galicia para un mínimo reciclaje

Santiago de Compostela.-  Santiago de Compostela, 13 (EFE).- Una bolsa de basura doméstica gallega recorre por término medio 119 kilómetros desde el hogar hasta el destino final, donde apenas se recicla una décima parte, y la mayoría acaba incinerada o en vertedero, una situación que pone a esta comunidad en la cola de Europa occidental en la materia.

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(EFE)

La Consellería de Medio Ambiente presentó recientemente un ambicioso "plan de gestión de residuos urbanos" hasta 2017 que pretende reducir el vertido y la incineración, en beneficio del reciclaje.

Galicia produce actualmente 1,1 millones de toneladas de basura doméstica, lo que supone alrededor de un kilogramo por persona al día, una cantidad inferior a la media europea, aunque en separación a domicilio y reciclaje está muy lejos de los vecinos del oeste.

Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente indicaron a Efe que "las estimaciones son que se recicla el 48 por ciento, incluyendo en el reciclado y la valorización energética" -es decir la incineración y el aprovechamiento para producir electricidad-, e indicaron que aproximadamente el 35 por ciento de la basura doméstica se quema.

Otras fuentes de la Consellería señalaron que el 44 por ciento de la basura se quema, el 29 por ciento se deposita en vertederos y el 27 por ciento restantes se dedica al "compostaje o reciclado".

La asociación ecologista Adega criticó esta semana que la mayor parte de la producción de compostaje de basura en Galicia, se quema, debido a la mala calidad.

Responsables de ese organismo indicaron a Efe que la Consellería divulga datos "incompletos o desfasados" sobre el tratamiento de basuras en esa comunidad, lo que constituye "vicios heredados de ocultación de información" de anteriores gobiernos de la Xunta.

La empresa mixta Sogama -con 51 por ciento de capital de la Xunta y 49 por ciento de la eléctrica privada Fenosa- recibe unas 900.000 toneladas de basura anuales, lo que representa alrededor del 85 por ciento del total, como parte de un acuerdo con 283 municipios por el que los ayuntamientos pagan unos 50 euros por tonelada.

El 15 por ciento de basura restante se reparte entre la planta de Nostián, que trata los residuos de A Coruña y su área metropolitana, y la de Losame, en la comarca de Barbanza.

El director de Sogama, José Álvarez, afirmó a Efe que de las más de 900.000 toneladas de basura que recibe, unas 400.000 van a un "vertedero controlado", otras 500.000 toneladas las quema, el máximo de su capacidad, y sólo una parte marginal se recicla.

De la incineración, Sogama consigue producir unos 435.000 megavatios anuales, aunque en la combustión emite 327.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, según ese organismo.

Los datos sobre el reciclaje en Galicia son confusos, pero varios técnicos consultados por Efe indicaron que podría ser de alrededor del 10 por ciento del total de basura o incluso menos, algo que podría ser defraudador para muchos ciudadanos que separan sus basuras en domicilio y depositan algunas materias en los contenedores específicos, que luego se queman o ponen en vertedero.

El geólogo y técnico ambiental Fins Eirexas, secretario ejecutivo de Adega, consideró que "alrededor del 30 por ciento de los residuos que llegan a Sogama se queman y el vertido puede esta por encima del 60 por ciento".

El Consello de Contas, en un informe crítico sobre Sogama efectuado en 2004, apuntó que la recuperación, reciclaje y recuperación energética de la incineración era 22 por ciento inferior a la media de España, país con niveles de reciclaje bajos frente a otros socios de la Unión Europea.

En base a los datos de los expertos consultados y en comparación con los de Eurostat, Galicia tendría niveles similares a los de Portugal, uno de los peores entre los Europa occidental, países que tienen tasas de reciclaje de 20 a 40 por ciento por término medio.

El documento del Consello de Contas aprobado el año pasado advierte que Sogama estaba "admitiendo crecientes volúmenes de basura a sabiendas de que no podía dar el tratamiento previsto", que esos residuos acababan en el vertedero y que ese excedente constituye "una actividad muy rentable" para la empresa.