Wall Street cierra al alza pese a fracasar el plan de ayudas al sector del motor

Nueva York.-  La Bolsa de Wall Street no cayó hoy al abismo, como se temía a la vista de los resultados en Asia y Europa, y cerró con sus principales indicadores en territorio positivo, con la confianza de que el Gobierno facilitará ayuda federal para impedir el derrumbe de la industria del motor.

El índice Dow Jones de Industriales terminó la jornada con un avance del 0,75 por ciento, el mercado Nasdaq subió un 2,18 por ciento y el S&P 500 ganó un 0,70 por ciento, algo que parecía poco probable en los inicios de la sesión a la vista de las agudas pérdidas que registraban.

Esas subidas permitieron que el Dow Jones cerrara la semana con una pérdida de tan sólo el 0,1 por ciento, mientras que el Nasdaq terminó con un 2,1 por ciento, por encima del nivel del viernes anterior, y el S&P 500 ganara un 0,4 por ciento.

En el mercado neoyorquino ha predominado una fuerte volatilidad durante la semana y reflejo de ello es que esos índices no lograron dos sesiones seguidas al alza o a la baja, con los inversores atentos a las negociaciones entre el Gobierno y los legisladores demócratas de un plan de rescate para la industria del motor y de su posterior tramitación parlamentaria.

La incertidumbre sobre el éxito de esa iniciativa, que ponía 14.000 millones de dólares al alcance inmediato de General Motors (GM) y Chrysler, en una situación financiera más precaria que Ford, se agudizó el jueves y esa noche se conoció que algunos senadores republicanos no darían su visto bueno al plan, por lo que no contaba con los votos necesarios para salir adelante.

Ese rechazo, que se conocía ya después del cierre en Wall Street, provocó notable pesimismo en los mercados asiáticos y en Europa, que registraron notables pérdidas.

La bolsa de Tokio se desplomó un 5,5 por ciento y los mercados en Londres, París, Fráncfort, Milán y Madrid cerraron con retrocesos superiores al dos por ciento.

"No quiero ni mirar a Wall Street mañana. No va a ser agradable", declaró el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Read, después de hacerse evidente que el plan estaba muerto debido a la férrea oposición de algunos de sus colegas republicanos.

Pese a los malos augurios, la apertura en Wall Street no fue tan dramática como Reid y otros muchos esperaban o como había ocurrido en sesiones recientes con noticias negativas de un calibre similar.

Los principales indicadores perdían en torno al dos por ciento y al tres por ciento poco después de iniciarse la sesión, y las acciones de General Motors y Ford estaban entre las que registraban mayor castigo.

Sin embargo, el Departamento del Tesoro aseguró con prontitud que pondría de inmediato medidas para garantizar que los fabricantes de automóviles pueden seguir operando con la financiación necesaria, lo que calmó los ánimos en Wall Street.

La portavoz del Tesoro, Brooklyn McLaughlin, manifestó que ese departamento estaba listo para impedir "un derrumbe inmediato" de la industria del automóvil hasta que el Congreso inicie un su nuevo periodo de sesiones el próximo año.

En tanto, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a instar al Congreso y al Gobierno a que hallen una forma de ayudar a ese sector, a la vez que expresó su decepción por el fracaso en la tramitación del plan anterior en el Senado.

Las positivas vibraciones que emanaban del Gobierno, que con anterioridad se mostró contrario a proveer fondos públicos a los fabricantes de automóviles, lograron que se atenuara la fuerte depreciación que sufrían las acciones de General Motors tras la apertura, y que perdieran hoy sólo un 4,37 por ciento, para cerrar a 3,94 dólares.

Los títulos de Ford terminaron la sesión con una ganancia del 4,83 por ciento y concluyeron la jornada a 3,04 dólares.