La crisis puede con Dalí y Goya

LONDRES.-  El reloj de la sala de Bonhams se quedó "blando" esperando a un comprador para el lote número 56. La casa de subastas lo había anunciado a bombo y platillo durante todo el mes, pero el mazo cayó sobre el atril de madera sin que ningún postor hiciera algún amago por levantar la carta.

(EFE)

Primera serie de las escultura de Dalí.

Se trataba de una colección de 44 esculturas que Salvador Dalí modeló junto a la piscina de su casa en Port Lligat. Era la primera de cuatro ediciones que el genio del surrealismo realizaba en colaboración con Isidre Clot, un íntimo que, a través de su empresa Diajasa, se encargó de la fundición en bronce de los moldes que el artista catalán elaboraba con cera. Las obras se vendían todas juntas por un precio estimado de entre 867.000 a 1,15 millones de euros. Nadie realizó ninguna oferta.

El hecho no es aislado. El pasado dos de diciembre, ChristieŽs tampoco encontró comprador para "La Tauromaquia", una serie completa de 33 grabados que Francisco Goya publicó en Madrid en 1861. El lote se presentó con un precio que oscilaba entre los 160.000 y 230.000 euros.

Durante los últimos meses las casas de subastas más importantes de Londres han visto cómo compradores y vendedores han cambiado sus hábitos ante el monstruo de la 'credit crunch'. "No es tan extraño que un lote se quede sin vender, pero sí que es cierto que cada vez pasa con más frecuencia y tenemos que decir que estamos atravesando un momento delicado", dice un portavoz de ChristieŽs.

El arte nunca había estado supeditado a las fluctuaciones de la bolsa. La "no-relación" quedó más que clara el pasado mes de septiembre cuando el polémico artista Damien Hirst consiguió vender 223 de sus obras por 140 millones de euros el mismo día en el que el parqué londinense vivía su jornada más negra en la historia reciente de la economía mundial desde la crisis de 1929.

Sin embargo, ahora los compradores "sí sienten la presión psicológica". "Las obras contemporáneas son las que más han acusado el problema", matiza. Las personas interesadas en este tipo de creaciones sí suelen estar relacionadas con el mundo financiero y ahora no encuentran espacio para salir al mercado. "Estas piezas son internacionales, es decir, tienen temáticas que, a diferencia de los clásicos, no están supeditadas a estéticas o religiones locales. Hace un año se vivió un auténtico 'boom' y los precios estaban desorbitados, pero ahora estamos en otra fase", matiza el experto.

Para empezar, los especialistas han reducido los precios estimados. "No estamos devaluando en ningún momento las obras, pero sí somos más sensibles a los acontecimientos que se están desarrollando", aclara. Aunque han bajado el precio a modernas y clásicas, estás últimas han salido ganando. "Los compradores de los clásicos siempre han estado ahí y ahora quizá ven una buena oportunidad para pujar. Sin embargo, es cierto que con lotes que engloban colecciones completas la cosa se complica", afirma.

Uno de los consejos que están a unos y otros para que la rueda no se oxide es que acepten la forma de "pago en plazos". "Es algo que les beneficia a los dos y que dadas las circunstancias ayuda a que el mercado siga funcionando aunque quien en invierte en arte invierte en valor seguro", añade.

En efecto eso es lo que debió de pensar el comprador que se llevó a casa el miércoles el diamante azul de 35,56 quilates que Felipe IV le regaló a la infanta Margarita Teresa de Austria, la figura central de Las Meninas. La joya fue vendida por la casa ChristieŽs por 19 millones de euros, casi el doble de lo previsto. Lo que el experto ya no aclara es si en esta ocasión también hizo falta alguna que otra recomendación.