El cambio climático

Claros y nubes. Eso dijeron los hombres del tiempo el pasado viernes en sus previsiones para el largo puente. Claros y nubes. Y desarrollaron esas previsiones durante varios minutos, sin perder la compostura, señalando con gracejo isobaras y anticiclones, apoyándose en bonitos mapas interactivos, sonriendo a cámara con suficiencia. Gustándose. Claros y nubes, aseguraron. Pero la verdad es que donde yo vivo llueve sin parar desde entonces. Y lo hace de manera inmisericorde y despiadada, desde el amanecer y durante las 24 horas. Nada de nubes y claros. Sólo lluvia y más lluvia. ¿Un error humano? ¿El cambio climático? ¿Una conspiración gubernamental?

Mario Picazo, el hombre del tiempo.

La cosa sin duda va más allá de la mera anécdota meteorológica... ¿Tiene algo que ver esta nefasta previsión con el despido de Mario Picazo, hasta hace poco hombre del tiempo de Telecinco? ¿Y con la crisis salvaje que acogota al Gobierno socialista? Todo que ver. Absolutamente todo.

¡La que está liando Zapatero! Según fuentes que no puedo revelar, pese a ser tan fiables como las de los confidenciales o los entrecomillados de la prensa amarilla, el presidente del Gobierno solicitó personalmente a las principales cadenas de televisión españolas que manipulasen sus previsiones meteorológicas de cara a este puente. Zapatero quería que los españoles se animasen a consumir, y qué mejor para ello que unos días de asueto fuera de casa. "La mejor forma de dinamizar la economía", sugirió Zapatero, en transcripción libre a lo Pilar Urbano (sin grabadora) "es volver al despilfarro, al viva la virgen, a la esencia de la personalidad del pueblo español. ¿Qué más les da a ustedes, hombres del tiempo, decir que veremos algún rayo de sol, que se está despejando la cosa? Digan 'nubes y claros'. Sólo les pido eso. Así el personal sale de casa, tira de gasolina, se come unas chuletillas en un asador, se toma unos cubatillas en un bareto, duerme en una casa rural... Es decir, que la gente gasta, que es lo que hace falta pa levantar la economía", sentenció el presidente, en lo que se convirtió en la idea estrella de su programa anticrisis.

Muchos de ustedes se preguntarán: "Bueno pero ¿qué tiene que ver el despido de Picazo en toda esta historia?". Pues todo. Al parecer, y sigo remitiéndome a mis magníficas fuentes, Telecinco ha despedido a Picazo y a todo su equipo por mostrarse en rebeldía y no querer someterse a las órdenes de Moncloa. "Lloverá a mares, y así lo contaremos", dijo el ex meteorólogo de Telecinco. Sin embargo, otras fuentes menos fiables (si es posible ser menos fiable) aseguran que la verdadera razón del despido es la pasta: Telecinco ha externalizado el servicio contratando a la empresa de meteorología 'Borrasca Iniciativas Atmosféricas' (no es broma, es el nombre de la empresa). Como pueden imaginar, los servicios de esta empresa de imaginativo nombre son más económicos que los de Picazo y su equipo.

Un nubarrón cubre las perspectivas de futuro de la profesión de hombre del tiempo: los más baratos, que no tienen por qué ser los mejores, triunfan. Como poco a poco va sucediendo en el resto de profesiones de esta sociedad capitalista. No se extrañen si dentro de poco vemos, nada más terminar el telediario, a un señor con boina y una varita de fresno, o a un indio comanche sentando en una alfombra, ofreciéndonos las previsiones para el fin de semana. Es posible que fallen, pero cobrando tan poco la culpa sin duda será del cambio climático.