Un tratado contra las bombas de racimo que no acabará con ellas

Más de 100 países han ratificado hoy en Oslo un tratado contra la fabricación, uso, venta y almacenamiento de bombas de racimo. Un acto que ha sido considerado un momento histórico por las asociaciones que, durante años, han luchado por la prohibición de este tipo de arsenal. España está entre los que se han comprometido y el ministro Moratinos ha sido el encargado de firmar un texto que busca acabar con este arsenal que, hasta el momento, deja más de 100.000 muertos y heridos. Sin embargo, esto no supondrá que se dejen de fabricar, comprar y utilizar este tipo de armas tan letales ya que los máximos productores y consumidores se han quedado fuera.

Ministerio de Asuntos Exteriores

Chacón en las instalaciones de Faex.

Estados Unidos, Rusia, Israel, China, India y Pakistán ni siquiera se sentaron a negociar el texto en Dublín, en mayo de este año. Ya en su día, las asociaciones denunciaron que, a pesar de no estar presente, las presiones del gobierno norteamericano se había dejado sentir a través de otros países. El resultado es que el texto incluye algunas 'trampas' que permitirán que los ejércitos de los países que adopten el tratado puedan usar las bombas de racimo en acciones de cooperación con países que no lo hayan hecho. Se trata de la 'letra pequeña' que, entre otras cosas, permitirá que la OTAN continúe utilizándolas, pese a que 18 de sus 26 miembros hayan firmado el texto.

Además, aunque el tratado prohíbe una larga lista de modelos de bombas de racimo, hay otros que quedan excluidos. El Gobierno de Brasil ha estado presente en las negociaciones y en Oslo pero, finalmente, ha decidido no ratificar el texto por esta razón. "La forma como el tratado fue redactado y presentado no incorpora bombas que fabrican los principales promotores" de la convención, ha declarado el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim. El diplomático ha asegurado que estos países cuentan con arsenal "más avanzado" y letal que las bombas de racimo. La otra cara la representa Afganistán, país que no estaba previsto que apoyara el acuerdo, por estar en guerra, y que finalmente ha decidido unirse.

Ayer, la ministra española de Defensa, Carme Chacón, aseguraba que España se deshará de todo su arsenal de bombas de racimo antes de junio de 2009. Hacía este anuncio en las instalaciones de Fabricaciones Extremeñas (Faex). Esta empresa, que ahora se encargará de la desactivación de este tipo de bombas, pertenece a Expal (Explosivos Alaveses), sociedad a la que Greenpeace ha acusado en numerosas ocasiones de fabricar bombas de racimo. El pasado mes de mayo, la ONG organizó una protesta en la sede de Expal, en Madrid.

Para saber más

• El acuerdo de Dublín hará que España deje de vender y usar bombas de racimo (29.05.2008)
• Armas 'made in Spain' (22.05.2008)