Fulanas y macarras y viceversa

Todo se pega. Y la sinvergonzonería, más. Acostumbrados a tratar con chorizos y mangantes, inspirados por su nueva plantilla de colaboradores ex presidiarios, en Telecinco le están cogiendo el gusto a utilizar técnicas que rozan si no el delito, sí el bochorno.

Un ejemplo: desde hace varios días es público el nombre de la ganadora del lamentable concurso 'Mujeres y hombres y viceversa', que teóricamente terminó ayer tras terribles dudas del varón protagonista. El nombre de Soraya, la ganadora, se filtró el pasado domingo: la buena mujer reconocía su victoria en un vídeo colgado en internet. "¿Virginia o Soraya? ¡Es la gran final, el momento de la verdad!", seguían preguntándose ayer en la cadena de Vasile, ajenos al tongo. "Hoy Efrén escoge a su chica", rezaba la web de la cadena, ignorando el pufo.

Un concurso que, además de intrínsecamente repugnante haya sido burdamente trucado, está condenado a ser un éxito. En una cadena como Telecinco. En la actual televisión. 'Mujeres y hombres y viceversa' se ha convertido en una de las banderas de la cadena, con más de un 20% de 'share' y tres millones de espectadores. (Ayer supongo que aún más). Récord de audiencia en la recta final de un espacio vergonzante en el que, como si fuese un mercado de ganado, ofrecen una cuadra de señoritas en minifalda a un chuleta para que éste elija hembra. Machismo en estado puro.

"Hoy tienes que elegir entre Virginia y Soraya... Y sólo lo sabes tú", le decía la presentadora, Emma García, al semental que aparentaba tomar una decisión que ya estaba tomada. "No habéis dormido y el corazón se os sale... Iros a un camerino, sin saber lo que pasa en el programa, y cuando volváis os enterareis de cómo está el corazón de Efrén", les decía a las chicas que, enseñando cacha, parecían tener el alma en vilo y abandonaban el plató llorando. Tras una larga, tensa, emocionante, surrealista y lacrimosa espera... ¡Ganó Soraya!

Todo esto no sería más que otro ejemplo de cinismo, y de las miserias de la televisión comercial española, si no fuera por los telespectadores. O quizá ni eso. Puede que sean perfectamente conscientes de que son engañados cada minuto que pasan frente a la pantalla. Y que no les importe. Que sepan que asisten no a un concurso, sino a una farsa, a una obra de teatro malo. Y que les dé lo mismo. "Quiero dar las gracias a Telecinco, que sabe que todo lo que he vivido aquí es cierto", sentenció el guaperas, cómplice hasta el final de esta última pantomima televisiva.

Un motivo para no ver la televisión

Lucinda Williams
Cd: Little Honey.
Lost Highway.

Nuevo disco de la única e irrepetible Lucinda Williams, la gran dama del rock norteamericano. El décimo en una carrera en la que no hay momentos malos, solo buenos trabajos alternándose con obras maestras. 'Little Honey' es una nueva lección de madurez, de sensibilidad, de música grandiosa.

Lucinda tiene miedo a volar. Es difícil, por tanto, que actúe en España. Un concierto imprescindible para entender el rock femenino de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Tendremos que conformarnos con escuchar las grabaciones de una Lucinda que poco a poco abandona el estado de melancolía en que estaba sumergida. En este caso, Eric Liljestrand y Tom Overby se encargan de producir de manera un tanto contemporánea las trece canciones de un disco intenso, con momentos de intimidad sobrecogedora (las minimalistas 'Heaven Blues', 'Rarity' o 'Circles and XŽs', arrancando con la voz en solitario), otros de puro rock de guitarras (como 'Real Love' o 'Honey Bee'), apuntes country (un enorme 'Jailhouse Tears', con la voz de Elvis Costello) y blues arrastrados. Una delicia.