Madrid.- El nuevo Premio Cervantes, el español Juan Marsé (Barcelona, 1933), es uno de los miembros más jóvenes de la Generación de los 50, un "estigma" ese de ser escritor del realismo, como él mismo dice, que ha sobrellevado con la exigencia que le dicta un apasionado y visceral sentido de la ética.
El novelista barcelonés Juan Marsé, de 75 años, ha ganado hoy el Premio Cervantes 2008, considerado el más importante de las letras hispanas y que concede el ministerio de Cultura en reconocimiento al conjunto de la obra de un escritor.El fallo de este premio, que está dotado con 125.000 euros, fue hecho público por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, tras la reunión que mantuvo el jurado, que tomó su decisión por mayoría.
Un compañero de generación, José Manuel Caballero Bonald -candidato al Cervantes como Marsé- asegura que nadie como él ha sabido auscultar la Barcelona de posguerra ni reflejar la marginación y pobreza de entonces y que es el que, de entre todos ellos, tiene una más saludable capacidad indagatoria.
A pesar de que quizá sea uno de los escritores españoles de los que más novelas se han llevado al cine -desde "El embrujo de Shangai" a "Últimas tardes con Teresa"- y que ha hecho los guiones de varias de ellas, en los últimos tiempos ha renegado tanto del séptimo arte que está inmerso en un libro que es un "pequeño ajuste de cuentas" con los guionistas y directores.
El escritor nació el 8 de enero de 1933 en Barcelona como Joan Faneca Roca, cambiado a Marsé Carbo por su familia adoptiva.
Mal estudiante, pasaba casi todo el tiempo jugando en las calles de su barrio, más tarde escenario de prácticamente todas sus novelas, caracterizadas por un estilo dominado por la pasión más que por lo cerebral.
Con solo 13 años tuvo que comenzar a trabajar, como aprendiz de joyero, porque encarcelaron a su padre por "rojo".
Gracias a su amiga Paulina Crusat logró publicar sus primeros relatos en la revista "Ínsula" y en "El Ciervo" (1958) a la vez que seguía trabajando en el taller de joyería por las mañanas y por las tardes escribía para la revista de cine "Art-Cinema".
Uno de sus relatos, "Nada para morir", gana en 1959 el Premio Sésamo y al año siguiente termina su primera novela, "Encerrados con un solo juguete".
La presenta al Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, en el que queda finalista aunque le abre la puerta a convertirse en uno de los autores insignia de esa editorial.
Conoce a José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma y a Carlos Barral, al que le hacía gracia un autor "proletario", según Marsé, y siguiendo su consejo se va a París donde ejerce como "garçon de laboratoire" en el Institut Pasteur y conoce al Nobel Jacques Monod, de ideología comunista.
El escritor decide afiliarse al Partido Comunista, "porque era el único que hacía algo contra Franco" pero cuatro años después, ya en España, decide "separarse" por una cuestión de "intransigencia".
Publica su segunda novela "Esta cara de la luna" (1962), repudiada por su autor y descolgada del catálogo de sus obras completas, y en 1965 "Últimas tardes con Teresa" (1965) -llevada al cine por Gonzalo Herralde en 1983- que le vale el Premio Biblioteca Breve en 1965.
Abandona la joyería y "Art-Cinema" y se casa un año más tarde con Joaquina Hoyas, con quien tiene dos hijos, Alejandro y Berta.
En 1970 edita, sin excesivo éxito, "La oscura historia de la prima Montse" y comienza un relato en el que se propone rescatar su infancia, "Si te dicen que caí" (1973), que se convertirá en su otra gran obra de madurez.
Censurada por el régimen franquista, Marsé se ve obligado a publicarla en México, donde recibirá el Premio Internacional de Novela. Tres años después se editará en España y, en 1989, Vicente Aranda la adaptará al cine, al igual que "La muchacha de las bragas de oro", Premio Planeta 1978 y llevada a la pantalla al año siguiente.
Retoma su visión de la Barcelona de posguerra en "Un día volveré" (1982) y en "Ronda del Guinardó", publicada en 1984, el mismo año en el que sufre un infarto.
En 1987 publica una colección de relatos, "Teniente Bravo", y en 1990 "El amante bilingüe" -también llevada por Aranda al cine (1992)-, por la que logra el premio Ateneo de Sevilla.
En 1994, "El embrujo de Shanghai" -película en 2002 dirigida por Fernando Trueba- le reporta el Premio de la Crítica y el Aristeión de la UE, y tres años más tarde recibe el premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe.
Tras "La fuga del río Lobo" (1996) y "Dietario de posguerra" (1998), Marsé publica, en 2000, "Rabos de lagartija", por el que recibe el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa.
En 2005 publica la novela "Canciones de amor en Lolita's Club", el mismo año en el que renuncia, con gran repercusión mediática, a seguir formando parte del Premio Planeta por "la baja calidad" de los originales enviados.
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