Felipe Mojamuto

"Al ver el vídeo de Enjuto todos nos hemos sentido identificados con el personaje". Con esta emotiva frase inauguró Felipe de Borbón, nuestro futuro en la Monarquía, el II Foro Internacional de Contenidos Digitales. Se refería nada más y nada menos que a Enjuto Mojamuto, el tarado creado por Joaquín Reyes que vive pegado a la pantalla del ordenador con un póster de Michael Jackson detrás. Un inadaptado que, en poco más de un minuto, tiene que resumir en cada programa su anodina existencia. Lo que viene siendo un freak.

Felipe no es muy original en su comentario, puesto que se limita a adaptar el texto de la web de Muchachada Nui: "Enjuto es el adolescente, al menos mental, que todos los que nos movemos por la red llevamos un poco dentro". Pero lo cierto es que resulta de un campechano tecnológico que tira de espaldas. De la misma manera que su padre es campechano tradicional, con sus cacerías y sus cosas, Felipe está resultando campechano digital: sabe que es google, inaugura foros sobre la red (en lugar de monterías) y hasta se siente identificado con inadaptados sociales como Mojamuto. Es uno de los nuestros. Carne de 'Muchachada Nui'.

Felipe no lee El Jueves, la revista que sale los miércoles (él se lo pierde), pero está haciendo grandes esfuerzos por parecer un príncipe moderno para el siglo XXI. Piensen que sólo tres días antes de abrir el foro digital, y reivindicar la figura de Mojamuto, se vio obligado a imponer a Letizia, su parienta, el Lazo de Dama de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, "corporación nobiliaria... propietaria de la Plaza de Toros de Sevilla... Integrada por caballeros pertenecientes a antiguas familias nobles... creada para adiestrar a la nobleza en las armas y la práctica ecuestre de carácter bélico al servicio de la corona española". Y eso que Letizia Ortiz, princesa de Asturias con nueva cara en el Salón de Reyes del Museo de Cera de Madrid (tras su operación de nariz), aficionada a pasar la hucha en una mesa de cuestación el día de la banderita, no le está ayudando mucho en su real proceso de modernización. Qué le vamos a hacer...

La web de TVE cuenta, lógicamente, la apuesta de Felipe por Mojamuto y las nuevas tecnologías. No cuenta nada, qué pena, de la participación de su padre (el de Felipe, no el de Mojamuto) en la 'Operación Lukoil', reconocida incluso por Zarzuela. Otra vez será.

P.D. Ricardo Sáenz de Ynestrillas, invitado de lujo en Veo El Mundo (VeoTelevisión). Critican en diferentes medios de Unidad Editorial la presencia de Roldán o de Julián Muñoz en Telecinco, pero convocan a Ynestrillas, facha de manual condenado por homicidio en grado de tentativa, a un debate en su tele de la señorita Pepis. Lo que es la doble moral.

El debate tiene un título provocador: "¿Sería posible llegar a una dictadura (en España)?". E Ynestrillas, un arranque a su altura: "A mí no me cuesta en absoluto (imaginármelo)". Melchor Miralles (director general de la cadena), después de invitarle, se convierte en defensor de la libertad: "Tú has apoyado la violencia, y eso es incompatible con la democracia". Más doble moral.

Luego vendrán las lágrimas, y todas estas empresillas se quejarán de que se están arruinando con la TDT.

Un motivo para no ver la televisión

Mariposas para los muertos.
Autora: Diane Wei Liang.
Editorial: Siruela.

No es fácil ser original escribiendo novela policiaca. Wei Liang, pekinesa refugiada en Londres, lo es. Y no sólo por la energía tranquila y positiva que derrocha Mei Wang, la protagonista de sus novelas, una detective condenada a ejercer sin hacer ruido. El ritmo de sus narraciones es sorprendentemente pausado, con mucho espacio para detalles sobre la vida cotidiana china, los problemas sociales y, por qué no, para describir unas comidas que se venden en las calles e inundan de colores y olores unas páginas capaces de abrir el apetito del lector.

En el caso que nos ocupa, dos historias circulan en paralelo hasta llegar a reunirse en la plaza de Tiananmen, símbolo de lucha, de liberación, de cambios. De profundos cambios, que sacuden a una sociedad que da tumbos entre la modernidad y la opresión. Mei Wang ve la luz del final del túnel, pero es incapaz de encontrar la salida. Una exitosa cantante pop es asesinada, y la torpe policía pekinesa (inolvidables los polis 'gemelos') se encarga de la investigación oficial. Mei trabaja en paralelo.

Una novela negra escrita y protagonizada por mujeres que va mucho más allá de los tópicos del género, y se convierte en una excelente guía de viaje para todos aquellos que desde el exterior contemplamos la turbulenta e imparable ascensión China.

Leer un fragmento.