Los 27 aceptan un objetivo a largo plazo para la reducción de emisiones de CO2 en coches

Bruselas.-  Los países de la Unión Europea (UE) se han mostrado dispuestos a aceptar un objetivo a largo plazo más ambicioso para la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para coches ligeros, tal y como había propuesto el Parlamento Europeo.

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(EFE)

Los países de la Unión Europea (UE) se han mostrado dispuestos a aceptar un objetivo a largo plazo más ambicioso para la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para coches ligeros, tal y como había propuesto el Parlamento Europeo.

Introducir un límite de 95 gramos de CO2 por kilómetro para 2020 es crucial para la Eurocámara y los Veintisiete parecen haberlo entendido, según confirmaron a Efe fuentes comunitarias.

El eurodiputado socialista Guido Sacconi, ponente del informe en el PE, fue más lejos y dijo hoy en un comunicado que se sentía satisfecho con el avance de los contactos: "hemos logrado definir, en términos jurídicamente vinculantes, un objetivo de reducción de CO2 a medio-largo plazo".

El entusiasmo de Sacconi fue matizado por fuentes comunitarias que apuntaron la posibilidad de que dicho objetivo quede sometido a una cláusula de revisión a medio camino (antes de 2020).

En cualquier caso, lo que nadie niega es que las negociaciones están siendo difíciles y que todos quieren llegar a un acuerdo cuanto antes, a ser posible en primera lectura del procedimiento de codecisión.

En líneas generales, la Eurocámara defiende una opción más ambiciosa que la original de la Comisión Europea; mientras que los 27 proponen una adaptación gradual del parqué automovilístico a la exigencia de recorte de las emisiones.

Bruselas propuso en febrero de 2007 reducir las emisiones medias de los automóviles nuevos hasta los 120 gramos por kilómetro a partir de 2012, frente a los 160 gramos actuales.

Los países de la UE quieren que la aplicación de la legislación sea gradual para facilitar la adaptación de la industria, de manera que sólo se obligue a un porcentaje de vehículos (entre el 65% y 85%) de 2012 a 2015, hasta alcanzar el final del periodo.

Otro de los escollos en la negociación es el sistema de sanciones a los fabricantes infractores.

Se barajan cifras que van desde los 15 a los 25 euros por los tres primeros gramos de CO2 emitidos por encima del límite (multa que aumentará gradualmente cuanto más se contamine).

También está sobre la mesa la opción de penalizar más a medida que pase el tiempo, de manera que el primer año sea el más barato.

Según fuentes comunitarias, con independencia del sistema que se elija hay una máxima que debe respetarse: no puede salir más barato pagar multas que invertir.

Las penalizaciones no tienen por objetivo recaudar fondos ni castigar, sino incentivar y motivar a los fabricantes para que apuesten por modernizar los motores para que contaminen menos.

Hasta ahora, se han celebrado cuatro encuentros entre las instituciones comunitarias que participan en la decisión -el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo- y se espera que el definitivo -antes de la reunión de ministros de Medio Ambiente y de la votación en el Pleno en diciembre- tenga lugar este jueves.