Llorente no es suficiente para la situación del Athletic

Bilbao.-  El gran estado de forma que le ha llevado a Fernando Llorente a ser internacional y la gran influencia que el espigado ariete está teniendo en los partidos no están siendo suficientes al Athletic Club para salir de la delicada situación clasificatoria en la que lleva tiempo instalado.

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(EFE)

El centrocampista del Deportivo de La Coruña Juan Rodríquez (c) y los jugadores del Athletic de Bilbao Garmendia (i) y Orbaiz (d).

En Riazor en la última jornada, sin estar tan brillante como en los encuentros anteriores, Llorente volvió a ser el mejor jugador del conjunto rojiblanco. Casi el único destacable de un equipo que volvió a dar síntomas de no ser capaz de dar el paso adelante que le demanda verse asentado en los puestos de descenso.

Ante el Deportivo de La Coruña, los hombres dirigidos por Joaquín Caparrós dieron de nuevo la sensación de formar un grupo endeble, muy desbordable en defensa, donde concedió 3 goles, y con el único asidero de su excelente delantero centro en ataque.

Es decir, los mismos débiles argumentos de otras ocasiones a lo largo de un curso en el que, no obstante, por momentos, el equipo ha llegado incluso a elaborar buen juego. Aunque nunca de manera continuada y sólo excepcionalmente durante mitades de partidos. En la última ocasión, ni eso.

Aunque puede agarrarse al penalti -otra vez a Llorente- que falló Iraola con el 1-0 o al remate del '9' que sacó bajo palos ¡Javi Martínez! con el 2-1 para reivindicar un empate, a nadie pareció que el Deportivo no mereciese los tres puntos.

El Athletic volvió a naufragar, como lo hicieron la mayoría de sus jugadores, entre los que apenas si Gorka Iraizoz, en una doble intervención casi milagrosa ante Guardado, ayudó en algo a su único jugador destacable.

Orbaiz, en línea ascendente en su estado físico tras la grave lesión de la que acaba de salir, intentó poner orden en el desbarajuste, pero hasta él se contagió de caos al que en fases del partido cayó su equipo. Incluso Iraola, casi siempre con buen tono, cayó en el socavón con un nuevo error en un lanzamiento desde los once metros que hizo mella en sus compañeros.

El resto, nada de nada. En especial, los centrales. El grave error de Aitor Ocio que dejó en bandeja a Guardado el 2-0 que finalmente evitó Iraizoz y el clamoroso penalti de Amorebieta a Bodipo que sí dio paso al segundo gol local no fueron sino muestras ajustadas a lo que está siendo el centro de la defensa rojiblanca -incluido el ahora lesionado Ustaritz- esta temporada.

Al costado izquierdo, a Balenziaga no le ayudan a rentabilizar su poderío en las subidas al ataque, ni él está lo firme en defensa que se exige a un lateral.

En medio campo, Javi Martínez naufraga en el que debería ser su papel ideal, el de medio centro con despliegue físico y fortaleza defensiva; David López no va más allá de algún que otro -pocos- buen centro con el que paliar su falta de agresividad en un sitio que requiere desborde y atrevimiento; y a Susaeta la ración de banquillo que le dio Caparrós parece haberle aturdido más que motivado.

Arriba, Garmendia, como le viene ocurriendo a menudo, dista mucho de ser el acompañante ideal de Llorente. Ion Vélez y Joseba Etxeberria han dado la impresión, de inicio o ya con los partidos en juego, que ayudan al ingente trabajo de su compañero internacional.

En definitiva, que el Athletic continúa donde estaba hace tiempo, sin que su técnico tampoco dé síntomas de tener muchos recursos. Hace tiempo ya que Caparrós se instaló en un equipo tipo, con apenas cambios en un pivote, uno de los interiores o en la media punta.