El Senado de EE.UU. debatirá el lunes el plan de ayuda para el sector automotriz

Washington.-  El Senado de EE.UU. debatirá el próximo lunes un plan de préstamos de emergencia por 25.000 millones de dólares para la industria automotriz, que sometería a votación dos días después, dijo hoy el líder de la mayoría demócrata en la cámara alta, Harry Reid.

Los demócratas del Senado intentan persuadir a los escépticos para que aprueben el plan, que afronta la oposición de varios republicanos.

La Casa Blanca respalda agilizar la entrega de 25.000 millones de dólares en préstamos al sector, aprobada por el Congreso en septiembre pasado, pero rechaza la propuesta demócrata de que el paquete de rescate económico de 700.000 millones de dólares tire un salvavidas a empresas ajenas al sector financiero.

El plan aprobado en septiembre fue pensado para incentivar la fabricación de vehículos que consuman menos combustible y para mejorar la competitividad del sector.

"Si el Congreso piensa intervenir a favor de los fabricantes de coches, ya existe un programa. Deberían pensar en qué hacer con los reglamentos para que éstos puedan acceder al dinero de forma más rápida", dijo a la cadena Fox el subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Tony Fratto.

"Por allí es que se debe comenzar a buscar opciones para los fabricantes de automóviles", agregó.

El senador republicano Chuck Grassley pidió hoy en una carta a Reid y a la presidenta de la Cámara de Representantes, la también demócrata Nancy Pelosi, que las preocupaciones de los contribuyentes primen sobre cualquier plan de rescate de Detroit, sede de los principales fabricantes de automóviles.

Aunque muchas empresas de EE.UU. afrontan problemas, "creo que es adecuado pedir a las empresas que buscan ayuda del Gobierno federal que primero hagan todo lo posible para recortar sus gastos, realicen reformas internas y agoten todas las alternativas a un rescate que provenga de los contribuyentes", afirmó Grassley.

El legislador de Iowa habló ayer con los principales ejecutivos de General Motors (GM), Ford y Chrysler, y les pidió que sigan el ejemplo del ex dirigente de esta última compañía Lee Iacocca, quien recortó su propio salario en 1979.

Mientras, el senador republicano Jeff Sessions instó hoy al presidente George W. Bush a que elabore cuanto antes un plan que limite la injerencia del Gobierno en el libre mercado.

Para Sessions, es impensable que el Congreso considere el nuevo plan demócrata "sin realizar audiencias para recabar testimonios detallados de las partes involucradas".

Menos de un tercio de la opinión pública está a favor de un rescate de la industria automotriz y el 80 por ciento cree que el Gobierno "se está involucrando demasiado en la economía", según Sessions.

El presidente del Comité de la Banca del Senado, el demócrata Christopher Dodd, es consciente de que el nuevo plan de préstamos al sector automotriz afronta una lucha cuesta arriba, pero su colega de Michigan, Carl Levin, confía en que conseguirá "apoyo bipartidista".

Al parecer, Reid no quiere esperar hasta la próxima sesión legislativa, cuando los demócratas tendrán una abultada mayoría en ambas cámaras, como ha sugerido Dodd.

Mientras, los Tres Grandes de Detroit (GM, Ford y Chrysler) cabildean para que se les otorguen ayudas, en momentos en que los consumidores difícilmente consiguen préstamos para comprar vehículos.

El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, prefiere, al igual que la Casa Blanca, que se agilice el desembolso de préstamos por 25.000 millones de dólares ya disponibles.

En la Cámara de Representantes, el líder de la minoría republicana, John Boehner, considera "injusto" que se inviertan millones de fondos federales sin garantías de que el sector automotriz realizará reformas para mejorar su competitividad.

La oposición republicana deja en claro que el debate y votación de la próxima semana no serán un paseo de rosas, según observadores.

Los demócratas no tendrían obstáculos para sacar adelante el plan en la Cámara de Representantes, dada su superioridad numérica.