La UE y Rusia relanzarán las negociaciones en una cumbre marcada por la crisis económica

Bruselas.-  La Unión Europea (UE) y Rusia escenificarán mañana la renovación de las negociaciones para un acuerdo estratégico de asociación, durante una Cumbre marcada por la crisis económica, el conflicto en el Cáucaso y la elección de un nuevo presidente de EEUU.

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(EFE)

La delegada de la Unión Europea y ministra francesa de Asuntos Exteriores y Derechos Humanos, Rama Yade (izqda), saluda a su homólogo ruso, Sergey Lavrov, durante la reunión que mantuvieron en de julio de 2008, en el marco de la cumbre regional de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN).

El presidente francés y de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, el ruso, Dmitri Medvédev, el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, se reunirán en Niza antes de partir a Washington para participar en el G-20.

En la 22 reunión entre la UE y Rusia se oficializará la decisión tomada por los países europeos el pasado lunes para acabar con el "castigo" a los rusos por la crisis del Cáucaso, y retomar las negociaciones para un acuerdo estratégico de asociación, a pesar de la oposición de Lituania.

Ayer el embajador ruso ante la UE, Vladimir Chizhov, previó que las conversaciones serán "largas y difíciles" y consideró que su comienzo "no es un logro en sí mismo, ya que lo importante es cuando concluyan", previsiblemente dentro de varios años.

El acuerdo, que sustituirá al firmado en 1997, debe proporcionar un marco sólido para las relaciones comerciales bilaterales, lastradas ahora por una serie de conflictos "heredados" que se esperan solucionar con la entrada de Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Entre ellos destacan las tasas que aún impone Rusia a los vuelos sobre Siberia (y que cuestan 350 millones de euros anuales a las aerolíneas, según la Comisión Europea), y las dificultades a la exportación de madera y productos agrícolas europeos.

La UE sigue dependiendo energéticamente de Rusia (40% del gas y 25% del petróleo), que es su tercer socio comercial.

Pero la situación económica ha cambiado especialmente para los rusos desde la anterior cumbre, celebrada en junio en la localidad siberiana de Jantí-Mansiysk, ya que el precio del barril de petróleo ha pasado de máximos históricos de 142 dólares a los actuales 52.

Es uno de los principales castigos que sufre su estructura financiera, surgida de un proceso anormal de privatizaciones y una gran expansión hacia el exterior de sus fortunas.

Para analistas como el diplomático británico Paddy Ashdown, ex representante internacional en Bosnia y actual presidente del Centro UE-Rusia, esta circunstancia permite a Europa "jugar con buenas cartas" en las próximas negociaciones.

"Rusia no sólo encara problemas económicos y demográficos, también le faltan amigos", en opinión de Ashdown.

También ha variado mucho el panorama geoestratégico desde la anterior cumbre -en la que Medvédev, recién elegido presidente, mostró una cara amable y dialogante- debido al conflicto de cinco días de agosto en el Cáucaso.

Vladimir Chizhov recalcó ayer que "la guerra no fue entre Rusia Georgia, sino entre Georgia y Osetia del Sur", uno de los dos territorios pro-rusos independizados, junto a Abjasia.

Pero fueron Tiflis y Moscú los que firmaron un alto el fuego de seis puntos con la mediación de Sarkozy, cuyo grado de implementación se discutirá mañana.

En este acuerdo de paz se insta a Rusia a retirar sus tropas a posiciones anteriores al 7 de agosto, una condición que la mayoría de los países europeos consideran satisfecha, pero que según otros -Reino Unido, Suecia, los bálticos y los del este- ha sido burlada con el despliegue de 7.000 soldados rusos en Abjasia y Osetia del Sur.

La próxima entrada de Barack Obama a la Casa Blanca será el tercer punto crucial de la reunión de mañana, ya que los rusos esperan de él una política exterior y de seguridad menos beligerante que la de George Bush.

Medvédev saludó la histórica elección del 5 de noviembre con la amenaza de instalar cohetes Iskander en Kaliningrado, pero después se ha relajado ante la posibilidad de que la nueva administración estadounidense abandone el proyecto de instalar un escudo antimisiles en Polonia y República Checa.

Rusia quiere insistir mañana en su propuesta para construir una nueva arquitectura de seguridad en Europa que no esté basada exclusivamente en la OTAN, con quien no mantiene relaciones desde la guerra de Georgia.

Pero, según fuentes comunitarias, las fuertes divisiones que persisten en el seno de la UE respecto a Rusia complican cualquier expectativa de avance sustancial a este respecto.