Solana cree que es inevitable un cambio en las instituciones del gobierno mundial

Zaragoza.-  El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solada, considera imprescindible e inevitable, ante lo rápido que se mueve el poder en el mundo de occidente a oriente, cambiar el funcionamiento de las instituciones de gobierno mundial, tanto en los llamados "G" como en el Consejo de Seguridad de la ONU, para dar entrada a los países emergentes.

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Solana participa hoy en Zaragoza en el Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, en el que ha pronunciado una conferencia sobre la visión política y social del papel de Europa y España ante el reto de la globalización.

Ha hablado de las formas de hacer frente a la reorganización del poder mundial, entre las que ha destacado la necesidad de poner fin a las prácticas de los G-8 o los G-20, que "sólo invitan a los países emergentes al café", cuando "no hay más remedio" que darles más poder, y eso es algo que se va a visualizar, gráficamente, en la reunión del G-20 del próximo sábado, en Washington.

A su juicio, hay que hacer "todo lo posible" por "ampliar la mesa de la toma de decisiones", algo que ha vaticinado que será "difícil" en Europa porque aún no ha tomado conciencia de poder ser representada por una sola voz.

También ha apostado, aunque lo ha reconocido difícil, por una reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para que los países con posibilidad de veto hagan dejación de este derecho para algunos asuntos.

Solana ha hablado, además, de tres asuntos al margen de la crisis económica que deben estar en el centro de la agenda mundial, el primero relacionado con la proliferación de armas de destrucción masiva y el desarme mundial.

A su juicio, será "absolutamente necesario" que en 2009 se empiecen a negociar acuerdos de desarme, algo que es posible hacer con la implicación de Estados Unidos y Rusia.

En este sentido, ha hablado de Pakistán y Afganistán, el primero un país "absolutamente clave" cuya "legitimidad" en el mundo islamista está en su posesión de armas nucleares, por lo que es necesaria su estabilidad.

Además, para Solana es "fundamental", y en la nueva administración de Estados Unidos tendrá un papel importante, resolver el problema de la guerra de Afganistán.

Ha vaticinado que el nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, pedirá una "cooperación más intensa" a Europa para resolver el problema, algo que no ha rechazado porque, ha dicho, "no se puede dar consejo todo el tiempo y hay que poner sobre la mesa nuestros activos" con el objetivo, posible, de "dar un sentido diferente a esta guerra".

En este sentido, ha dicho que espera que en marzo o abril se pueda cerrar una estrategia para encontrar soluciones para Afganistán "no estrictamente militares", que no ha concretado.

El cambio climático, que también es una de las prioridades de Obama según Solana, y la lucha contra el hambre en un mundo en el que 3.000 millones de personas sobreviven con menos de dos euros al día son las otras dos prioridades de la agenda mundial.

Para Solana, además, el nuevo Gobierno de EEUU abre una oportunidad "real" al proceso de paz en Oriente Medio.

También se ha referido a Rusia y a la dependencia energética de Europa de este país, con el que hay que llegar a acuerdos para posibilitar que las inversiones europeas puedan penetrar en él, y no sólo al revés, al tiempo que ha mostrado su preocupación por "la enorme cantidad de recursos" que son necesarios para mantener al día su red de gasoductos.

Solana ha pedido "una oportunidad" para el presidente ruso, Dimitri Medvédev, quien debe firmar con Obama acuerdos bilaterales de desarme, paralizados durante toda la administración Bush.

Irán es, para Solana, uno de los problemas "más difíciles" a los que se enfrenta la comunidad internacional en los próximos años, y debe hacerlo desde una doble perspectiva: combinar la mano extendida con la dureza, porque el mundo "no se puede permitir que haya otro país con armas nucleares".

Después de advertir, respecto a Europa, las dificultades políticas que vivirá la Unión y los "problemas de recorrido" que tendrá si no se ratifica finalmente el Tratado de Lisboa, Solana ha augurado, sin embargo, que el continente saldrá "bien" parado de la situación de crisis económica.