Aznar dice que la reactivación de algunos sectores exige recuperar el Plan Hidrológico Nacional y los trasvases

Zaragoza.-  El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha asegurado hoy en Zaragoza que la reactivación en España de algunos sectores productivos, como la agricultura o el turismo, exige la recuperación del Plan Hidrológico Nacional, las obras del Pacto del Agua y, también, las transferencias de agua excedentaria.

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Aznar ha clausurado en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón que preside el socialista Marcelino Iglesias, el Congreso de Empresarios Hoteleros Españoles, y allí ha hecho un análisis de la situación económica mundial y española y ha ofrecido algunas soluciones.

En su referencia al Plan Hidrológico Nacional (PHN) que él impulsó en 2000 cuando era presidente de Gobierno y que incluía un trasvase del Ebro fuertemente contestado en la comunidad aragonesa, Aznar ha insistido en que las políticas "que atribuyen la propiedad del agua de los ríos a cada Comunidad Autónoma, además de inconstitucionales, son un grave error".

Pero además de recuperar su política hidráulica, José María Aznar ha propuesto reconstruir el mercado nacional, "ridículamente segmentado por las barreras reguladoras levantas por numerosas autonomías"; apostar por la energía nuclear unida a las renovables; reactivar el Pacto de Toledo sobre las pensiones o firmar otro gran pacto sobre la sostenibilidad del sistema financiero.

Aznar -que en su primera visita al Edificio Pignatelli ha sido recibido por Iglesias, quien le ha regalado una serigrafía de Jorge Gay- ha asegurado que en el contexto de crisis "es posible volver a crecer y reducir el paro".

Las medidas, que "no son simpáticas", ha reconocido, pasan en primer lugar por restaurar la confianza en el sistema financiero.

La austeridad, "drástica en lo que se refiere al gasto corriente" y la reforma de la administración pública para ganar en eficiencia y en transparencia son otras de las medidas propuestas por Aznar.

El ex presidente apuesta también, dentro de su recetario para superar la crisis, por acometer una "profunda reforma laboral" que "no eluda" la negociación colectiva, la intermediación laboral, las políticas activas, la movilidad geográfica y laboral y los incentivos a permanecer activo y desempleado.

También ha insistido en la necesidad de una "profunda y urgente" reforma fiscal, con una bajada de impuestos que comience por los que gravan el empleo pero se extienda también a los vinculados con la competitividad empresarial, suponga la rebaja sustancial del Impuesto sobre Sociedades.

A su juicio, es "urgente" lanzar un programa profundo de liberalización en muchos mercados "en los que la competencia y la transparencia todavía son insuficientes".

Aznar, quien ha rehusado responder a cualquier tipo de pregunta de los periodistas, ha hablado con cierto optimismo de las oportunidades de Estados Unidos para salir de la crisis financiera y económica, no tan claras en Europa, que vivirá un periodo de estancamiento de entre tres y cinco años.

Y en España, ha dicho, la crisis, que "no ha hecho más que empezar", va a ser "intensa y prolongada, más que en el resto de Europa".

El tremendo desequilibrio en las cuentas exteriores; el excesivo incremento del gasto público y la subida de los impuestos; la inflación; el "rígido mercado de trabajo"; los efectos "indeseables" de la Ley del Suelo y el "deterioro institucional" están en el origen, según Aznar, de que la crisis en España sea más acusada que en el resto de Europa.

Finalmente, ha hecho referencia a algunas políticas sectoriales equivocadas en relación con el turismo, toda vez que estaba en un foro de empresarios hoteleros.

Para Aznar es "más necesario que nunca" cuidar la marca España, pero también "restablecer la racionalidad en el sector" y evitar esa política de "reino de taifas" que se produce cuando cada Comunidad abre sus propias oficinas de turismo en el exterior "sin la marca España como escudo".