Tensa calma en el este de la República Democrática del Congo mientras se buscan soluciones negociadas

Kinshasa.-  Una tensa calma se vive hoy en la provincia de Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), mientras la comunidad internacional busca salidas negociadas al conflicto que enfrenta al Gobierno con los rebeldes tutsis.

Hoy mismo se espera en la RDC a los ministros de Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, y del Reino Unido, David Miliband, que tratarán de mediar entre el Gobierno y los rebeldes para evitar un deterioro de la situación y un mayor desastre humanitario.

Kouchner y Miliband tienen previsto visitar Goma, amenazada por la guerrilla y donde se encuentra un fuerte contingente de la Misión de Naciones Unidas para Congo (MONUC), y Kinshasa, para viajar posteriormente a Ruanda y entrevistarse con el presidente Paul Kagame, que se considera que tiene influencia en los rebeldes tutsis.

También viajarán a la zona Edmont Mulet, representante de la ONU, y Jendayi Frazer, subsecretario de Estado de EEUU para Asuntos Africanos.

Desde que cesaron los combates el pasado miércoles, al declarar los guerrilleros del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) un alto el fuego en su ofensiva, decenas de miles de desplazados han empezado a regresar a sus casas aprovechando los "corredores humanitarios" abiertos por los rebeldes.

Este regreso podría no haber sido voluntario en muchos casos, ya que, en un comunicado, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha informado de que en Ratshuru, en el norte de la provincia, podrían haber sido desalojados y quemados campos que albergaban a alrededor de 50.000 desplazados.

Ratshuru se encuentra 90 kilómetros al norte de Goma, la capital de Kivu Norte, y desde el pasado fin de semana la zona está bajo control del los combatientes del CNDP, a los que el Gobierno de Kinshasa acusa de ser los responsables del supuesto desalojo forzado.

Los rebeldes tutsis alcanzaron el pasado miércoles las afueras de Goma, tras encarnizados combates con las Fuerzas Armadas de la RDC y los "cascos azules" de la Misión de Naciones Unidas para Congo (MONUC), y ese día declararon un alto el fuego y situaron sus líneas a siete kilómetros de la capital de Kivu Norte, donde permanecen.

Diversas organizaciones humanitarias calculan que en Kivu Norte, que tiene un total de 6 millones de habitantes, hay cerca de 1.200.000 desplazados, una quinta parte de la población, que tiene "una desesperada necesidad de ayuda", según el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Antonio Guterres.

La organización no gubernamental (ONG) Oxfam Internacional (OI) abogó hoy por el envío de un nuevo representante de la ONU a la zona, con capacidad para sentar a todas las partes a negociar un acuerdo de paz duradero y que aborde las causas subyacentes del conflicto.

Oxfam, que ayer anunció que había retirado a su personal extranjero, junto al de otras ONG, volvió hoy a enviarlo a la zona, tras confirmar el cese de las hostilidades, y pidió apoyo militar adicional para la Misión de la ONU en Congo (MONUC), para evitar los abusos contra los civiles.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó hoy su preocupación por la situación en el este de la RDC y dijo que "cientos de miles de desplazados la están sufriendo", al tiempo que aseguraba que Naiones Unidas facilita la asistencia humanitaria necesaria para hacerle frente.

Ban explicó en Nueva Delhi que hay un proceso político abierto con el objetivo de garantizar el cumplimiento del alto el fuego y expresó su esperanza en que la comunidad internacional será capaz de "contener la situación".

Goma era hoy una ciudad abandonada por gran parte de la población, aunque había recuperado parte de la normalidad, se registraba una mayor circulación de vehículos y habían empezado a abrir algunas tiendas, que cerraron los dos últimos días por temor a la entrada de los rebeldes tutsis.

Mientras tanto, el líder de los rebeldes del CNDP, general Laurent Nkunda, ha reiterado que quiere negociaciones directas con el Gobierno de Kinshasa, que encabeza el presidente Joseph Kabila, y también tratar sobre los fondos obtenidos por el país por permitir la explotación de sus recursos mineros.