Las excavadoras acaban con un símbolo de la represión

De nada han servido las peticiones de muchos de los vecinos del barrio. La cárcel de Carabanchel desaparecerá por completo. Ni siquiera la cúpula se mantendrá en pie como símbolo de la represión franquista. La demolición comenzó ayer noche ante las protestas de un grupo de personas y esta mañana se ha vuelto a retomar. A las 10:00 horas, las máquinas excavadoras se pusieron en marcha para continuar con el derribo que comenzó el pasado jueves. La prisión, que comenzó a construirse en 1940 y se inauguró en 1944, permanecía cerrada desde 1999.

Angel Díaz (EFE)

Las protestas de algunos vecinos no han servido para que la cúpula quedase intacta.

Para saber más:

• Vídeo del derribo
• La cárcel de Carabanchel pide un hueco en la memoria histórica

Los vecinos de Carabanchel y antiguos presos políticos se movilizan para intentar cambiar el proyecto urbanístico de los terrenos sobre los que se levanta la prisión. Piden que no se derribe el edificio completamente y que la parte que se conserve se convierta en un centro de la memoria histórica.

• Los científicos del CSIC no escapan de la cárcel de Carabanchel

El proyecto del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, pone en peligro la investigación del CSIC. La idea es construir en los 172.000 metros cuadrados que ocupa actualmente el edificio (hay un parte que ya alberga una comisaría de policía y centro de internamiento de inmmigrantes) 650 viviendas, un hospital y zonas verdes.

• Investigadores entre rejas

Un grupo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) subvencionado por Bruselas estudia los restos de la prisión con el objetivo de abrir el debate sobre cómo pueden o deben de gestionar las sociedades "un patrimonio histórico indeseado".

• Álbum: Carabanchel, diez años después de su cierre (07-05-2008)

Recorrido por la prisión en imágenes, mostrando el estado de deterioro en el que se encuentra el edificio al estar abandonado durante 10 años, y la convivencia entre los símbolos que han quedado de su época como cárcel de presos políticos y los que aparecieron más tarde, cuando se convirtió en una prisión convencional.