Acusan al ex presidente de la Audiencia de Las Palmas de una supuesta negociación prohibida

Las Palmas de Gran Canaria.-  El fiscal acusa al ex presidente de la Audiencia de Las Palmas José Antonio Martín de un supuesto delito de negociación y actividades prohibidas a los funcionarios por pedir en 2005 de manera "apasionada" la libertad provisional para el narcotraficante Rafael Bornia Bordón.

El acusado de un delito de tráfico de drogas para que el que Martín solicitó la libertad es hermano de un amigo de un empresario muy conocido del juez, al que también acusa el fiscal en su escrito de acusación, hecho público hoy, del mismo delito que le imputa a José Antonio Martín.

El fiscal interesa la apertura del juicio oral a la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) y pide para el magistrado, apartado temporalmente del ejercicio de la Justicia, una pena dos años de suspensión para el ejercicio de funciones jurisdiccionales y una multa de 30 euros diarios durante 10 meses.

Además, reclama a su amigo y empresario Wilebaldo Luis Yanes el pago de una multa de 30 euros diarios durante 10 meses y seis meses de suspensión para el ejercicio de empleo o cargo público y el abono de las costas, al igual que al magistrado.

Durante varios meses, el empresario y su amigo Julio, hermano del narcotraficante, por entonces en prisión provisional por un delito de tráfico de drogas, se pusieron en contacto con el magistrado para que éste, como presidente de la Audiencia Provincial y de la Sección Primera, favoreciera a Rafael Bornia para conseguir su libertad.

Así, según el escrito de acusación, José Antonio Martín, como presidente de la Sección, comentó al fiscal Javier García Cabañas, momentos antes de la vista celebrada el 28 de julio de 2005 para la revisión de la situación de Rafael Bornia, la posibilidad de que modificara su criterio y pidiese su libertad.

El fiscal manifestó la imposibilidad de tal opción, pero el magistrado insistió e interesó una petición de libertad con la prestación de una alta fianza, lo cual fue nuevamente rechazado por García Cabañas.

El letrado de Rafael Bornia Bordón cuando comenzó la vista pidió la libertad de su cliente, mediante la prestación de una fianza sin importarle la cuantía de la misma.

Finalizada la vista y en la fase de deliberación, de manera diferente al criterio mantenido siempre por la Sala, José Antonio Martín solicitó de forma "apasionada" que se acordase la libertad de Rafael Bornía Bordón mediante la imposición de una alta fianza, lo que fue rechazado por los otros dos magistrados que formaban la sala, Emilio Moya Valdés y José Luís Goizueta Adame.

Según el fiscal, Martín nunca advirtió a estos dos magistrados de todos los contactos, encuentros y conversaciones mantenidas con anterioridad con Julio Bornia Bordón.

En el escrito de acusación se precisa que desde los primeros meses de 2005, el hermano del narcotraficante intentó mediante Wilebaldo Luis Yanes buscar un contacto directo con el magistrado para que Rafael fuera puesto en libertad y le asesorara procesalmente sobre la estrategia a seguir.

El magistrado acudió a una cena la noche del 5 de mayo de 2005 en un reservado de un restaurante, a la que asistieron además Julio Bornia, Wilebaldo Luis Yanes, un amigo de la familia y otra persona, ajenos al motivo del encuentro, precisa el fiscal en su escrito.

El 30 de mayo de 2005, Julio consiguió una cita con el magistrado a través del empresario Luis Yanes en la que facilitó al juez determinada documentación de su hermano para que la estudiase y valorase, al tiempo que le manifestó lo injusto que le parecía la situación de prisión en la que estaba.

A lo largo del mes de junio siguieron las conversaciones entre las tres personas mencionadas y el día 14 Wilebaldo Luis Yanes informó a Julio Bornia de que había facilitado una nueva documentación a José Antonio Martín y que debía estar tranquilo.

El magistrado, el 27 de julio, puso en conocimiento de su amigo empresario que al día siguiente sería la vista de apelación del recurso en la sección que él presidía y le dio una serie de recomendaciones para que Julio Bornia se las transmitiera a su letrado en relación a la estrategia a seguir.