No sé yo si en esta casa vamos a acabar siendo magnates capitalistas, por más que bajen las bolsas y puedan comprarse holdings por cuatro chavos. Me parece que no tenemos madera para ser tiburones de las finanzas. Ojalá me equivoque y salgamos de pobres, pero no creo. Nos falla el instinto. Y eso que estudiamos, ojo, y nos leemos cada día las páginas económicas del diario. Quizá el problema es precisamente ése, la lectura.
Los activistas aprovechan para recordar que ya advirtieron de los disparates del sistema económico.
Porque leyendo, leyendo, me encontré el otro día con una cosa que llamaban la Tasa Tobin. Iba de un tipo apellidado Tobin que hace un montón de años, antes de que le dieran el Nobel de Economía, propuso que se aplicara un impuesto especial sobre las operaciones especulativas en los mercados de divisas. ¿Suena raro? Nada, muy sencillo. Supongamos que un magnate pone 100.000 millones sobre la mesa y apuesta a que una moneda se devaluará respecto a otra en un porcentaje pequeñísimo, pongamos un 1%. Basta con que todo el mercado sepa que existe todo ese dinero respaldando la apuesta, para que la moneda en cuestión, en efecto, baje un 1%. Y el magnate, sin hacer nada, puede sacarse mil kilitos en unas horas.
A lo que íbamos. Tobin pensó que podía aplicarse un mini-impuesto sobre esas operaciones. Me parece que también podría cargarse sobre otras especulaciones, en acciones, en bonos, etcétera. Tobin pensaba en una tasa máxima del 0,5%, pero se conformaba con un 0,1%. O sea, por cada mil euros, pagar uno. No es mucho, ¿no? La idea del economista consistía en hacer menos rentable la especulación a corto plazo, y evitar que algunos se lo llevaran crudo por la cara a costa de los demás. Pero la ONU calculó, hace ya casi 30 años, que con esa tasa se recaudarían anualmente, en todo el mundo, 700.000 millones de dólares. Ahora serían muchos más. Lo bastante como para garantizar agua potable a todas las personas del planeta. Y, con el paso de los años, para alfabetizar, para vacunar, para crear hospitales.
Lo raro es que ahora, cuando los bancos y los magnates están acojonados y dicen que sí a todo lo que mandan los gobiernos, sólo los movimientos contra la globalización sigan dando la matraca con la Tasa Tobin. Los gobiernos, calladitos y pendientes de que los bancos no se enfríen.
Los teóricos del capitalismo dicen que para cobrar la Tasa Tobin haría falta una burocracia tremenda (falso, bastaría con la que hay), que se frenaría el comercio (falso, sólo afectaría a los mercados financieros) y que, aunque funcionara, luego, cuando se diera dinero a los países pobres, estos países sufrirían inflación (falso, los maestros, las escuelas y las vacunas nunca han inflado nada). De verdad, que nos lo hemos estudiado. La Tasa Tobin es una buena idea.
Ya ven, en cuanto aprendemos un poquito de economía, nos pasamos al bando equivocado. Tenemos muy mal arreglo.
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Anatoli es extranjero y célibe. Está dotado de una poderosa ignorancia, lo que le convierte en un polemista temible. Le gustan el fútbol, los membrillos y los sucesos truculentos. Nunca ha escrito un blog. Parece improbable que le permitan intentarlo de nuevo.
nunca escuche nada de esta teoria ,pero si de los miedos a los impuestos financieros y sus consecuencias. +
En España, el diputado de IU-IpCV Joan Herrera o el intelectual Ignacio Ramonet llevan años defendiendo su imposición. +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
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“Algunos luchamos por tener los pies en suelo.” Lo decía ayer en su Twitter Raül Romeva, uno de los cuatro eurodiputados españoles (Oriol Junqueras, de ERC, Ramon Tremosa, de CiU, Rosa Estarás del PP y él, de ICV) que apoyaron la enmienda para evitar que el presupuesto comunitario de 2012 contemple los vuelos en primera clase de los parlamentarios europeos. No era una excepción. Lo escribía ahí porque es lo que hace siempre: ser transparente.
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“Os propongo que sea el Comité Federal, en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos del partido para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales.” De esta manera, Zapatero ha puesto las primarias en el punto de mira tras anunciar que no será candidato a la reelección. Tras este anuncio, observamos algunas reflexiones sobre el proceso
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