El acusado de un homicidio en la discote Joy Eslava asegura que no sabe si apuñaló a la víctima

Madrid.-  El hombre de origen marroquí acusado de matar a un joven en la discoteca madrileña Joy Eslava en 2005, Rachid Tachti, ha admitido hoy que forcejeó con la víctima, Roberto G.G., para evitar que le alcanzara la navaja con la que éste le amenazaba y ha añadido que no sabe si fue él quien se la clavó.

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(EFE)

El ex imputado por los atentados del 11-M Rachid Taichi (de espaldas), junto a su abogado en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se le juzga por la muerte de un joven de una puñalada en la discoteca Joy Eslava.

Así se ha expresado el procesado en la primera sesión del juicio con jurado popular que se sigue en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Madrid, en la que ha declarado que "no hubo ninguna intención" y que "todo pasó en décimas de segundo", por lo que no era consciente de lo que hacía.

El acusado ha explicado que en la noche del 26 de diciembre de 2005 quedó con cuatro amigos para celebrar su cumpleaños y que acudieron a la céntrica discoteca Joy Eslava, donde, al llegar, vio que había una pelea entre los camareros y los encargados de seguridad del local.

En un momento en el que se dirigió a los aseos, se abalanzaron hacia él tres personas: el fallecido Roberto, su hermano y otro amigo de ellos, a quienes "no conocía de nada" y que estaban, a su juicio, "borrachos y puede que drogados".

El acusado ha asegurado que uno de ellos le propinó un puñetazo por la espalda, lo que permitió que la víctima sacara un arma blanca.

"Yo agarré la navaja por el filo y mientras él intentaba tirarla hacia mí, mi impulso fue agarrarle la mano para que no me agrediera", ha relatado Tachti, que ha concluido: "entonces esta persona cayó al suelo y la navaja estaba en mi mano, pero yo la tiré al suelo inmediatamente y me fui".

Además, ha destacado que comenzó "una lluvia de botellazos, vasos y patadas" por parte del grupo de amigos de Roberto, que rondaban la veintena.

El acusado, que ha asegurado que se enteró del fallecimiento de Roberto al día siguiente por la televisión, ha insistido en darle el pésame a la familia del fallecido y se ha lamentado diciendo: ¡"Quién iba a creer que un norteafricano es inocente de lo que pasó!".

El abogado de la acusación, Álvaro Castellano, ha resaltado que en el momento de los hechos el procesado había sido expulsado de España y tenía una orden para no regresar hasta pasados cinco años.

También se ha referido a que el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo le llamó a declarar por una supuesta vinculación con la banda dedicada al tráfico de hachís de Jamal Ahmidan, "El Chino", aunque luego estimó que Tachti no tuvo ninguna participación en los atentados del 11 de marzo en Madrid de 2004.

Por su parte, el abogado defensor, Manuel Alonso, ha subrayado que su cliente y el fallecido eran "igual de delincuentes" porque Roberto también tenía antecedentes penales e incluso llevaba una pulsera de localización del penal Victoria Kent.