La oposición conservadora esperará a la segunda vuelta de las elecciones para formar gobierno

Vilna.-  La formación opositora Unión por la Patria (UP), virtual ganadora de las elecciones parlamentarias disputadas el domingo en Lituania, aseguró hoy que esperará a la segunda vuelta en las circunscripciones mayoritarias para formar gobierno.

"Lo repito y lo volveré a repetir: sobre futuras coaliciones hablaremos sólo tras la segunda vuelta" del próximo 26 de octubre, aseguró Andrius Kubilius, ex primer ministro y líder de UP.

Kubilius aventuró que, tras la segunda vuelta, cuyos resultados se anunciarán el 2 de noviembre, los conservadores obtendrán suficientes mandatos para "impulsar grandes cambios" en la política de este país báltico.

En la segunda vuelta participarán 43 candidatos de la UP, considerado ya ganador de los comicios al obtener cerca del 20 por ciento de los votos en la votación del domingo, en lo que se refiere los escaños que se reparten por listas de partidos.

"El resto de partidos cuentan con muchos menos candidatos. Vislumbro unas perspectivas nada malas de formar gobierno. Si el presidente confía en UP para formar gobierno, cumpliremos con nuestro deber", dijo.

En segundo lugar en las elecciones parlamentarias quedó el recién fundado Partido del Renacimiento Popular, integrado fundamentalmente por figuras de la televisión y artistas, según la Comisión Electoral Central (CEC).

El partido del antiguo presidente lituano Ronaldas Paksas, Orden y Justicia, es el tercero en discordia, seguido por el oficialista Partido Socialdemócrata del actual primer ministro, Gediminas Kirkilas, el gran perdedor de las elecciones.

Los socialdemócratas han gobernado desde 2001 en la católica Lituania, aunque desde 2004 se han visto obligados a formar coalición con otros partidos minoritarios.

Según estos resultados, también accederían al Parlamento el Partido Laborista y otras dos formaciones liberales.

Los analistas opinan que la victoria de los partidos opositores supone un voto de castigo contra el actual Gobierno por ser incapaz de controlar la inflación, que se ha disparado en los últimos meses por encima del diez por ciento.

En cualquier caso, las consultas para la formación de gobierno no serán fáciles, aunque UP se ha mostrado dispuesto a negociar con todos los partidos, aunque sean de izquierdas.

Según la legislación electoral lituana, para acceder al Parlamento las formaciones políticas deben obtener como mínimo el 5 por ciento de los votos emitidos.

El Legislativo de Lituania cuenta con 141 escaños, de los cuales 70 se reparten por listas de partidos y los 71 restantes en circunscripciones mayoritarias.

En cuanto al referéndum no vinculante convocado por el Gobierno para que los 2.679.000 electores opinaran sobre el cierre de la central nuclear de Ignalina, la baja participación anuló la consulta.

"El referéndum no ha sido válido, ya que la participación rondó el 47 por ciento, y para que un referéndum sea considerado legítimo se exige la participación de no menos del 50 por ciento del electorado", señaló la CEC.

Según los resultados preliminares, en torno al 89 por ciento de los lituanos que sí participaron en el plebiscito votaron a favor de prolongar las operaciones de la planta construida en tiempos de la URSS a imagen y semejanza de la central ucraniana de Chernóbil, escenario en 1986 de la mayor catástrofe nuclear de la historia.

El Gobierno lituano quiere que el cierre de Ignalina, que genera el 80 por ciento de la electricidad nacional, se haga efectivo no antes de 2012, pese a que la Unión Europea (UE) exige su clausura el próximo año por motivos de seguridad.

Kirkilas aseguró que si Ignalina es cerrada el próximo año Lituania en invierno no podrá satisfacer la demanda energética nacional y pasará a depender en un 90 por ciento de las importaciones.