España entrará en recesión en 2009 con caída del 0,2%, según el FMI

Washington.-  El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pronosticado que España entrará el próximo año en recesión, algo que no ocurría desde 1993, con un decrecimiento de su economía del 0,2 por ciento.

"España sufrirá un golpe más duro que otros países europeos por el 'boom' del sector inmobiliario", dijo en una rueda de prensa Jorg Decressin, uno de los directivos del departamento de análisis del organismo.

El Gobierno de Madrid respondió el martes a la debilidad económica con el anuncio de que creará un fondo de 30.000 millones de euros para comprar activos de calidad de los bancos.

Decressin afirmó que la medida "parece ir en la dirección correcta" y que el país disfruta de suficientes reservas para llevarlo a cabo gracias a su política fiscal "ejemplar" en los últimos años.

El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, afirmó hoy que los gobiernos deberían usar dinero público para respaldar al sector financiero, dadas las circunstancias extraordinarias por las que pasa el mundo.

Blanchard hizo su llamamiento en una rueda de prensa en la que presentó el informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales" del FMI, en el que se hace eco de los efectos que la crisis financiera internacional y los altos precios de la energía han tenido en los países europeos.

Así, el informe advierte de que algunos países entrarán en recesión y cita a España con un decrecimiento del 0,2 por ciento, dato que difiere de la previsión oficial del Gobierno, que contempla para el año próximo un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 1 por ciento, según figura en el proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2009.

Hace sólo tres meses, cuando no había estallado con intensidad la crisis financiera internacional, el Fondo había pronosticado que la riqueza española registraría el próximo ejercicio un aumento del 1,2 por ciento.

El organismo cree que España se recuperará lentamente de la crisis y sólo registrará un crecimiento del 3 por ciento en 2012. En comparación, en 2007 su Producto Interno Bruto (PIB) se expandió un 3,7 por ciento.

El sector inmobiliario ha pasado de ser motor principal a freno de la economía. Según cálculos del FMI, los precios de la vivienda cayeron en torno al 5 por ciento en la primera mitad de este año, en términos anuales.

Aún deben bajar más del 15 por ciento para eliminar la burbuja especulativa en torno al ladrillo, de acuerdo con el organismo.

Decressin destacó que la inversión en bienes raíces en España ha sido mayor que en Estados Unidos, cuya crisis inmobiliaria es el origen de todos los males financieros.

El funcionario del FMI aclaró, sin embargo, que en España los bancos han extendido préstamos "de manera más prudente" y que el proceso de titulización de hipotecas en paquetes para venderlos en las bolsas no ha estado tan avanzado como en Estados Unidos.

Esos elementos apuntan a que no habrá "un círculo vicioso grave", entre los problemas del sector financiero y la debilidad de la economía real.

España no se veía en una situación recesiva desde el año 1993, cuando el conjunto de la economía sufrió un retroceso del 1,3 por ciento.

Para el cierre del 2008, el FMI cree que la economía española crecerá en su conjunto un 1,4 por ciento, dos décimas por debajo de la previsión oficial del Gobierno.

Además de España, en el 2009 registrarán retrocesos en su crecimiento en la zona euro Italia, que también caerá un 0,2 por ciento, e Irlanda, con el 0,6 por ciento, según el informe.

A ellos se unen otros países europeos ajenos al euro, como el Reino Unido, que también entrará en recesión en el 2009 con una caída del 0,1 por ciento, e Islandia, con el 3,1 por ciento.

El conjunto de la zona euro registrará en el 2009 un crecimiento del 0,2 por ciento, según el FMI, que ha realizado una fuerte corrección a la baja frente al 1,2 por ciento que había pronosticado el pasado mes de julio.

El Fondo atribuye el debilitamiento económico europeo al "estrés financiero" que viven los mercados internacionales, y que ha provocado un "estancamiento" del crecimiento en Europa, así como a las presiones inflacionarias, provocadas por los precios del petróleo y de los alimentos.

En concreto, el informe del FMI calcula para España una inflación del 4,5 por ciento para el 2008 y del 2,6 por ciento para el 2009.