Desarticulada una banda acusada de más de 50 robos en el sur de Cataluña

Tortosa (Tarragona).-  La Guardia Civil ha desarticulado una banda que podría ser la responsable de más de una cincuentena de robo cometido desde el pasado mes de julio en varias comarcas del sur de Tarragona, así como en las zonas limítrofes de Teruel y Castellón.

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(EFE)

La Guardia Civil ha desarticulado una banda que podría ser la responsable de más de una cincuentena de robo cometido desde el pasado mes de julio en varias comarcas del sur de Tarragona, así como en las zonas limítrofes de Teruel y Castellón.

En el marco de esta operación, denominada 'Cocktail', han sido detenidas, entre los días 3 y 4 de octubre, seis personas en Vinaròs (Castellón) y una en Sant Carles de la Ràpita (Tarragona), todas ellas de nacionalidad rumana, a excepción de un ciudadano hindú, ha informado la Subdelegación del Gobierno en Tarragona.

Los detenidos están acusados de los presuntos delitos de asociación ilícita, robo continuado de uso de vehículo a motor, robo continuado con fuerza, robo con violencia e intimidación, receptación, extorsión y amenazas de muerte.

La Guardia Civil les imputa diez delitos de robos de vehículos utilizados para la perpetración de los robos, 17 robos en establecimientos de hostelería, un robo en un estanco de la localidad de Tivenys (Tarragona) y un total de 28 robos en casas de campo ubicadas entre Tortosa y la pedanía de Bítem (Tarragona).

El "modus operandi" de la citada banda consistía, al parecer, en la sustracción de vehículos en la vía pública para sus desplazamientos en la comisión de los hechos delictivos.

En los robos cometidos solían llevar pasamontañas para ocultar su identidad, y los mismos coches robados los empleaban en ocasiones como tractor para, una vez atada una soga al mismo, atar el otro cabo a la puerta del local o reja y, tirando de ella con el vehículo, arrancarla y poder acceder a los establecimientos.

Una vez en su interior, se llevaban el dinero de la caja registradora, el tabaco y las máquinas tragaperras, que después, en cualquier camino alejado o descampado, forzaban para vaciar su contenido, han señalado estas fuentes.

De las masías, una vez forzada la puerta, se llevaban los objetos que consideraban de valor, como herramientas y otros efectos.

Esta banda actuaba, supuestamente, por encargo de su jefe, Liviu M., de 41 años y vecino de La Sénia (Tarragona), persona con numerosos antecedentes tanto en España como en Rumanía, que era quien planeaba los robos y a quien el resto de detenidos entregaba el botín, obteniendo a cambio una cantidad de dinero por el servicio realizado.

Posteriormente, el supuesto cabecilla de la banda vendía el tabaco, y el dinero obtenido, así como las cantidades procedentes de los robos, lo remitía a su país de origen a través de otras personas de su confianza, pero nunca por medio de entidades bancarias.

En la operación policial ha sido intervenida documentación de interés policial, así como 80 cartones de tabaco, pasamontañas, cizallas, palanquetas, herramientas y diez vehículos.