Lo japonés se impone a lo tribal en la XI Convención de tatuajes de Barcelona

Barcelona.-  La XI Convención Internacional de Tatuajes de Barcelona, que se celebra este fin de semana, tras dos años de ausencia, confía en superar los 10.000 visitantes y prevé que los motivos japoneses se impongan a los tribales, de capa caída ya entre los aficionados, según los organizadores.

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(EFE)

Un tatuador realiza su trabajo en el brazo de un cliente durante el segundo Festival de tatuajes mundial celebrado en la localidad de Pattaya, Tailandia, el apsado mes de mayo.

La Barcelona Tattoo Expo se celebra desde hoy y hasta el 5 de octubre en el recinto de La Farga de L'Hospitalet, que por primera vez acoge este evento, por donde pasarán algunos de los mejores tatuadores del mundo: Robert Hernández, Ethan Morgan y Dimitri, Takeshi, Kiki Platas o Tony Olivas, entre otros, ha informado a Efe Paco Campos, portavoz de la convención.

Organizada por ProArts, el certamen cuenta con 140 expositores (entre artistas, suministradores, y complementos) de 28 países y ofrecerá exposiciones de tatuaje y arte, una de ellas con el título "Arte a flor de piel" -con pinturas hechas por tatuadores prestigiosos-, así como espectáculos de danza, conferencias, concursos y seminarios para profesionales.

Paco Campos señala que el público que acude a este evento es muy variado, formado tanto por curiosos como por aficionados, ya que el tatuaje se ha popularizado enormemente en los últimos años, una moda que en las últimas temporadas se ha decantado por los motivos japoneses -más coloristas y que permiten un mayor lucimiento del artista- en detrimento del estilo tribal, que ha dejado de ser el favorito, como se puede ver en los cuerpos de ciertos famosos.

Algunos de los aficionados que "coleccionan" en su piel estas pequeñas obras de arte se suelen esperar a la convención de Barcelona para ponerse en manos de tatuadores prestigiosos.

"Saben que aquí pueden encontrarse a un artista como el norteamericano Tony Olivas, que vive en San Diego, y que viene con la agenda cerrada de antemano, porque han contactado con él por medio de Internet", explica el portavoz del certamen.

El polaco Robert Hernández, "un monstruo tatuador que trata la piel como un lienzo"; el ruso Dimitri, especializado en la escuela soviética, que se basa en la fantasía; el japonés Takeshi, que mezcla inspiración de su país con elementos europeos o el mexicano Kiki Platas, maestro del llamado "old school" (los motivos tradicionales) son otros de los profesionales que pasarán por La Farga.

Aunque no hay mucha diferencia de precios entre lo que cobran estos profesionales, un tatuaje de unos 12 centímetros cuadrados realizado por alguna de estas "estrellas" puede superar los quinientos euros.

No obstante, y pesar de la reconocida calidad de estos tatuadores, son pocos los clientes que "se dejen hacer" y se ofrecen como un papel en blanco a su imaginación, y por ello la mayoría prefiere indicar qué es lo que quiere, aunque eso sí, con la inevitable aportación de los artistas.

La organización recalca que, en cumplimiento de la ley, no se realizarán tatuajes o perforaciones (piercings) a menores de 18 años -a excepción de los mayores de 16 años que aporten un permiso paterno por escrito-, y que se aplicarán estrictas medidas higiénico-sanitarias.

Además, señalan, los profesionales tienen su correspondiente certificado de formación y utilizan máquinas de tatuar limpias y desinfectadas y puntas y agujas estériles desechables, con tintas certificadas, de origen mineral e inertes.

"Un equipo de tatuaje en sí no es caro. Lo realmente oneroso son los autoclaves, equipos de desinfección y medidas concretas que garanticen la asepsia y la seguridad del cliente", explica el director del certamen, Miquel Garreta, que informa de que se han invertido 20.000 euros extra en el acondicionamiento higiénico de los expositores, que además serán limpiados y desinfectados antes y después de cada tatuaje, y con controles biológicos cíclicos.

Con esta aclaración, Garreta quiere atajar la mala percepción que se tiene de los tatuajes desde el punto de vista sanitario, a raíz de la polémica generada por la decisión de algunos clubes de fútbol de "supervisar" los tatuajes que se hacen sus jugadores ante posibles infecciones.