Cameron dice que tiene "carácter y juicio" para gestionar la crisis y el país

Birmingham (R.Unido).-  El líder del Partido Conservador, David Cameron, hizo hoy un gran esfuerzo en el congreso de la formación por presentarse ante los votantes como un dirigente responsable y con carácter y juicio para gestionar no sólo la crisis económica, también el Gobierno del Reino Unido.

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(EFE)

El líder del Partido Conservador, David Cameron, en el congreso de la formación en Birmingham.

En un discurso sobrio con toques personales, que esta vez leyó desde un atril, Cameron se definió en esos términos para contestar a la advertencia que lanzó la semana pasada el primer ministro, Gordon Brown, quien dijo que, en pleno descalabro del sector financiero, "no es momento para novatos".

Más que la experiencia, en la que se refugia Brown, son necesarios "liderazgo, carácter y juicio", afirmó Cameron, quien se describió como un "'Tory' auténtico" pero también un hombre de su tiempo.

"No se puede demostrar que se está preparado para ser primer ministro, y sería arrogante pretenderlo", dijo a los delegados, para apuntar que sólo se puede explicar "lo que uno es" y "cómo trabaja".

El congreso conservador, que concluyó hoy en Birmingham (centro inglés), ha estado enteramente dedicado a presentar una imagen del partido como verdadera alternativa de Gobierno, responsable para apoyar al Ejecutivo en tiempos difíciles pero con su propio proyecto para sacar adelante el país.

"Optimista, pero sobria" fue la definición que hizo el propio Cameron, quien dedicó parte del discurso a analizar la crisis y explicar qué harían los "Tories" para salir de ella.

Primero culpó a los laboristas por haber creado las condiciones de la quiebra del sistema con su cultura del "gasto excesivo", los préstamos y la deuda alta. Aunque también responsabilizó al sector financiero, matizó que hoy no era "el día del juicio".

Concretamente, para enderezar el sistema, los conservadores, que en su día se opusieron a la independencia del Banco de Inglaterra, le devolverían la facultad de limitar la deuda en la economía.

Además de controlar la deuda, el otro "deber económico" de una Administración es restringir los créditos y bajar los impuestos, lo que implica acabar con la cultura de "adicción al gasto" que, según el líder conservador, han ejemplificado los laboristas.

Para ahorrar dinero reformarían "los ineficaces servicios públicos", y crearían una Oficina de Responsabilidad Presupuestaria para fiscalizar al Estado.

Además de la economía, el Partido Conservador de Cameron, que aspira a conquistar a la clase media, se ocupará de la "justicia social", para sanar la "resquebrajada sociedad" británica.

Para ello, se limitarán los beneficios sociales y en cambio se "dará oportunidades" a los desempleados y a los más desfavorecidos, fortaleciendo la familia -habrá incentivos para los que se casen- y eliminando el paternalismo de los laboristas.

En línea del conservadurismo tradicional, Cameron prometió reducir el papel del Estado y fomentar la iniciativa individual, pero advirtió al ala más reaccionaria del partido que habría que hacer concesiones en cuanto a la flexibilidad en el trabajo y para preservar el medio ambiente.

"Objetivos progresistas con métodos conservadores". Ésta es la propuesta de Cameron, que reconoció que no es ningún "ideólogo", sino un político pragmático y, según dijo, con principios.

El discurso de hoy, que culminó con una aparición de su esposa Samantha, fue muy bien acogido por los militantes, que empiezan a saborear un regreso al poder.