Las mujeres capearán mejor la tormenta

El día en que empieza a circular por los mentideros de tu empresa la palabra ERE es el día en el que 'crisis' pasa de ser un titular machacón del Telediario a un quebradero de cabeza. La amenaza del paro se cuela en los temas de conversación de cafeterías y colas del puesto del pescado. Y con razón: el pasado mes de agosto arrojó una cifra dramática: España superó los 2,5 millones de desempleados tras registrar una subida inédita en los últimos 12 años. La cosa pinta mal, dirán algunos, y si encima eres mujer... ¡Pues no! Por una vez, podemos saltarnos ese clásico y afirmar que, de entrada, las mujeres tienen por delante un panorama menos malo que los hombres.

Las mujeres, la retaguardia del mundo laboral.

Ellas estarán en mejores condiciones de capear el temporal que presenta esta crisis con cara de hombre. ¿Por qué por una vez las mujeres se libran? Pues fundamentalmente porque en España, el sector más afectado por la crisis ha sido el de la construcción, un terreno copado casi en exclusiva por los hombres. Desde los más altos cargos de las constructoras a lo más alto del andamio de sus curritos. Un mundo de hombres que ha hecho crack llevándose por delante a hombres: en el último año el paro subió un 70% en este sector.

"Tradicionalmente las crisis económicas no han afectado tanto a las mujeres como a los hombres porque han sido crisis de la industria, que es más masculina. En este caso, afecta a un sector típicamente masculino que además lleva aparejado una serie de actividades de electricidad, fontanería, etc. que también son tradicionalmente masculinas", afirma Cecilia Castaño, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense.

Castaño se deja llevar por los deseos cuando dice que "quizá la crisis pueda servir para reajustar el sistema" y pueda favorecer a la mujer en el mercado laboral aprovechando su ventaja actual. La teoría es ingeniosa y suena bien: la depuración de la crisis permitiría que los sectores en decadencia dejaran paso a otros pujantes.

Aunque de toda crisis sale algo bueno, enseguida Castaño vuelve a la realidad y matiza sus palabras: "quizá sea ir demasiado lejos con esa teoría". El historiador Feliciano Páez-Camino está de acuerdo en el escepticismo aunque reconoce el gancho de esta teoría a contracorriente y recuerda que "tras el crack del 29, en los años 30 se lograron importantes avances sociales".

Conviene tener los pies sobre la tierra. El desempleo se ha disparado entre la mano de obra masculina, y aunque el fantasma del paro no afecte a todos por igual, eso no quiere decir que las dificultades no les lleguen a las mujeres. La crisis empieza a estrangular al mercado y los ajustes salpican a otros sectores y segmentos de la población. Y aunque ahí las cosas mantienen la triste normalidad de un mercado que en igualdad de condiciones sigue favoreciendo al hombre, en tiempos de crisis la mujer juega la baza de su discriminación salarial: al empresario le resulta más goloso mantener a su mano de obra más barata, es decir, la mano de obra femenina, que sigue siendo "el ejército de reserva", como apunta Castaño.

Por su parte, Almudena Fontecha López, secretaria ejecutiva para la Igualdad de UGT, alerta de que "al aumentar el número de demandantes de trabajo, el crecimiento de empleo de mujeres que se venía produciendo en los últimos años, puede verse frenado e incluso reducido".

Más fuertes, más flexibles y más pragmáticas

Además de tener menos posibilidades de caer en el paro por esta crisis, las mujeres cuentan con otra ventaja: sabrán hacerle frente mejor cuando las dificultades enseñen los dientes por singularidades inherentes al rol social desempeñado por la mujer. Ante la negra perspectiva de que te den el finiquito y la papeleta en el trabajo, "las mujeres demuestran una mejor capacidad de respuesta que los hombres porque se adaptan mejor a una situación cambiante", explica Raúl Paez, psicólogo de recursos humanos de la empresa de empleo temporal Manpower.

Si una mujer se queda sin empleo, aceptará con más naturalidad un nuevo trabajo peor remunerado que un hombre. "La mujer echa mano de su pragmatismo, se traga su orgullo y tira para adelante", explica Paez.

Paez pone en valor lo que es un secreto a voces o una verdad ignorada por el mercado: que la mujer gana por goleada en la predisposición al trabajo tanto en el hogar como en el ámbito laboral y tiene más motivación por superarse.

La psicóloga Almudena Mateos coincide con Paez en que la mujer sabrá sufrir mejor la crisis y apunta también a razones sociales e históricas: "La mujer es más hábil para utilizar nuevas estrategias de afrontamiento ante la situación, y eso tiene que ver con el rol que le ha tocado desempeñar, es una herencia social e histórica", apunta. "La mujer siempre ha tenido que apañárselas y pelear el más que el hombre, sobre todo en ciertos países, en ciertas culturas y contextos".