Correa confía en el "sí" a Carta Magna como oportunidad de cambiar historia

Quito.-  El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, expresó hoy su confianza de que la nueva Constitución sea aprobada en el referendo del próximo domingo y, ante sus miles de simpatizantes, lo consideró como "la oportunidad maravillosa de cambiar la historia".

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(EFE)

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, saluda a un grupo de simpatizantes al salir de la Junta Cívica Popular de Guayaquil (Ecuador), en el último día de campaña al referendo del próximo 28 de septiembre.

En el acto de cierre de la campaña oficialista, que pregona el voto por el "sí", celebrado en un atiborrado estadio de la ciudad portuaria de Guayaquil, Correa calificó el momento de "histórico para la patria" y para construir "el nuevo Ecuador por el que hemos venido luchando durante muchas generaciones".

Correa pregona una "revolución ciudadana" para dirigir al país hacia el "socialismo del siglo XXI".

Convocó a sus compatriotas a acudir el domingo a las urnas para aprobar la nueva Carta Magna, redactada entre noviembre y julio pasados, por una Asamblea Constituyente controlada por Acuerdo País, una coalición de grupos encabezados por su movimiento Alianza País.

Seguro del triunfo del "sí" a la nueva Constitución en el referendo, Correa dijo que ese hecho profundizará el "cambio en paz, en democracia, pero cambio rápido y profundo" de las estructuras estatales, que lleva adelante desde que llegó al poder en enero de 2007.

El mandatario ecuatoriano remarcó que con la nueva Carta Magna, la vigésima en la historia nacional, el país podrá construir políticas de "largo aliento".

"Este proceso -añadió- articula las demandas y los intereses que nacieron desde la resistencia que los sectores populares opusieron al neoliberalismo" desde hace mucho tiempo.

Por eso subrayó que, esta vez se trata de "la elección entre dos mundos, entre dos sistemas, entre dos propuestas de desarrollo completamente diferentes", es decir el neoliberalismo y el socialismo del siglo XXI.

Correa habló de lo que consideró sus acciones para fortalecer la economía nacional y mejorar los niveles de vida de la población, pero se centró, sobre todo, en reprochar el pasado.

"Hemos vivido presos, maniatados, en un sistema económico, en el que la voracidad del capital" llevó a Ecuador a una situación "insostenible", apuntó.

"Los de siempre, los que hoy encabezan la campaña por el 'no', embargaron al país" en el pasado y dijo que un ejemplo de eso son los 8.600 millones de dólares que el Estado destinó para salvar al sistema financiero nacional durante la crisis económica de 1998 y 1999, considerada la peor de la historia nacional.

"No queremos una sociedad de pobres, no tiene que ser así", añadió Correa e indicó que la pobreza que agobia al país "es fruto de sistemas perversos que cambiaremos el próximo domingo".

"Queremos una sociedad de propietarios, con desarrollo equitativo, una sociedad solidaria, digna y soberana", repitió y destacó que la Constitución que impulsa busca "el fortalecimiento del Estado y de la sociedad civil".

El proyecto de desarrollo que propone la nueva Carta Magna, aseguró, conjuga "la economía privada, capitalista, la economía popular y la economía publica", aseguró el mandatario e insistió en que "no hay buena política económica sin una buena política social".

El discurso del mandatario fue interrumpido varias veces por los asistentes que se congregaron en el estadio "Alberto Spencer", situado en el centro de Guayaquil, ciudad donde también se organizó una masiva concentración de la oposición, encabezada por el alcalde de esa urbe, el socialcristiano Jaime Nebot.

Los opositores se congregaron en la avenida 9 de octubre, donde se encuentra el Ayuntamiento guayaquileño, luego de recorrer en una masiva caravana de coches varios sectores de la ciudad.