Un corredor califica de "leyenda" que en la pelota se apuesten grandes sumas

Logroño.-  "En la pelota no se apuestan grandes cantidades de dinero, eso es una leyenda", aseguró a Efe Benjamín Lazcano, uno de los corredores de apuestas más veteranos de los frontones de Navarra, País Vasco, La Rioja, Castilla y todos los lugares en los que se ofrecen festivales de pelota profesional.

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(EFE)

El pelotari navarro Patxi Eugi golpea la pelota en el partido con el que se despidió a los 36 años como profesional en su localidad natal de Aoiz (Navarra), tras 17 años de carrera en la que ha conseguido un brillante palmarés en diferentes disciplinas de este deporte.

Lazcano ejerce su oficio durante estos días en los festivales que organiza la empresa Aspe en el frontón Adarraga de Logroño en la feria de San Mateo, la última del verano y, tradicionalmente, una de las más "propicias" a las grandes apuestas de los aficionados.

Para el profano, las apuestas en la pelota tienen un funcionamiento sencillo en apariencia: un aficionado opta por una de las dos parejas o un jugador -en partidos mano a mano-, reclama la atención de uno de los corredores situados frente a la cancha, quien le lanza una pelota hueca donde hay una papeleta que da constancia de la apuesta; y tras el partido se liquidan todas las apuestas.

Pero detrás de este proceso hay todo un mundo, un sistema complejo por el que se establece quién es el favorito en el partido, en qué proporción o cuándo los apostadores pueden "cubrirse" para no perder demasiado.

Todo un sistema complejo marcado por la discreción, que ha dado lugar a un buen número de "leyendas", como afirma el corredor de Aspe, principalmente la de que hay quien se juega en los frontones -o por teléfono- miles y miles de euros.

"Llevo cuarenta años en esta profesión y no he visto esas grandes cantidades de dinero", asegura Lazcano, aunque admite que "hay mucha fantasía sobre este tema".

Principalmente, asegura, se apuestan sumas "con las que puede ser que la entrada cueste el doble o nada" si se pierde o se gana, y sucede así porque, más allá de las cantidades que se jueguen, "todo el mundo se cubre, por lo menos para no perder" y "esa es la virtud de este sistema, que uno se puede equivocar al inicio y retomar otra aventura, no como una máquina, donde echas dinero a lo que salga".

"Las apuestas son el perejil de la salsa, sin ellas un partido de pelota queda desangelado", asegura Lazcano, para quien, en estas apuestas, "la palabra es Ley".

Lazcano reconoce que "se trata de un sistema complejo, no se puede llegar el primer día a un frontón y apostar, sobre todo para quien viene de fuera de la zona en la que hay más afición a este deporte", aunque "lo más sencillo es simplemente elegir un color".