La presión territorial se ha duplicado en los últimos ocho años pero la renta ha caído

Palma.-  La presión territorial prácticamente se ha duplicado en los últimos ocho años en Mallorca y la población de extranjeros se ha triplicado en las islas, dando lugar a un modelo de crecimiento basado en una "mutación" paisajística y demográfica que no se ha correspondido con un aumento de la riqueza de los baleares.

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(EFE)

Panorámica aérea de un ángulo de la costa de la Isla Palma de Mallorca.

Estas son algunas de las conclusiones del último Informe Económico y Social de las Islas Baleares de Sa Nostra, elaborado por el Centro de Investigación Económica (CRE) y presentado hoy, que recoge un repaso a la economía balear del año 2000 al 2007.

El informe explica, según ha indicado hoy el director del CRE, Antoni Riera, que el "índice de presión territorial" ha pasado de un 0,49 por ciento en el año 2000 a un 0,87 por ciento en 2007 en Mallorca.

Este índice, elaborado por el CRE, se basa en el porcentaje de la superficie con proyectos visados para la construcción de viviendas respecto al terreno total de la isla.

Del total de edificaciones visadas, un 73,6 por ciento fueron de carácter unifamiliar, expansión de carácter horizontal que, según ha destacado Riera, tiene un mayor impacto sobre el territorio.

Este aumento residencial y en construcción de grandes infraestructuras ha generado "una fuerte mutación paisajística" y ha derivado "en un aumento de la presión territorial y en un cambio de las constantes ambientales", ha indicado.

Ha ido además acompañado de un fuerte aumento demográfico, ya que el número de extranjeros residentes se ha triplicado en ocho años, al pasar de 54.729 en el 2000 a 190.170 en 2007. En el caso de los colectivos no comunitarios, indica el informe, esta cifra se ha multiplicado por cinco desde el año 2000.

Así, Baleares tiene la proporción de extranjeros más alta del Estado (un 18,5 por ciento) y la mitad del incremento poblacional se ha focalizado en el segmento de entre 25 y 44 años, que constituye el 35,9 por ciento de la pirámide poblacional de las islas.

"La conclusión -ha dicho Riera- es clara: un impulso de la fecundidad, una población más joven y más multicultural. Este es nuestro punto de partida del futuro".

Este crecimiento poblacional y de vivienda no se ha traducido, en cambio, en un aumento de la renta de los ciudadanos de las islas en relación con el resto de comunidades autónomas.

De hecho, se ha experimentado, según el informe, "una pérdida de riqueza relativa" respecto al año 2000. Ese año, la renta de las islas se situó en 121,5 puntos, donde 100 es la media autonómica, mientras que el año pasado estuvo en 107,9 puntos, lo que ha provocado que Baleares descendiera del tercer al sexto lugar del ránking de comunidades con mayor renta per cápita.

La "mutación" demográfica y paisajística sí ha dado como resultado la creación de empleo, ha destacado Riera. Sin embargo, en 2007 descendió la productividad del trabajo en un 0,5 por ciento, una circunstancia que se puede deber a la baja formación de los trabajadores de las islas, especialmente en el sector de la construcción.

"Que la renta per cápita esté bajando en Baleares tiene entre un principal argumento: el hecho de que la población ha crecido muy por encima del PIB", ha explicado Riera.

Por ello, el CRE estima que la economía balear no puede seguir basándose en la demografía y el paisaje y que se deben "buscar otras maneras de crecer".

Según Riera, se deberá reducir la "intensidad energética" de las islas, es decir, la cantidad de energía que se consume para producir, ya que este índice ha subido un 10 por ciento en los últimos ocho años.