Los pesos pesados aguantan el intercambio de golpes

Segovia.-  Los pesos pesados de la Vuelta, los que se jugarán en Navacerrada su posición definitiva entre los mejores, aguantaron hoy el frenético intercambio de golpes al que se sometieron por la sierra madrileña.

No llegó al sangre al río, que a punto estuvo, pero todos ellos debieron echar mano de la gasolina que les queda -más de la que parecía- para salvar los muebles antes del asalto definitivo.

Cuando todo parecía hecho, los grandes se dejaron llevar por el influjo de un tentador recorrido, se liaron la manta a la cabeza y ofrecieron un buen rato de espectáculo. Poco más que fuegos artificiales, si, pero agradecidos en un día llamado a poca cosa.

Abrió las hostilidades el Caisse d'Epargne, buscando el triunfo -que acabó consiguiendo- por todos los caminos posibles. Provocó fugas, metió hombres en ellas y mantuvo todo el día al pelotón amenazado por Valverde, el principal candidato a la victoria. Además, su segunda bala, 'Purito' Rodríguez, lanzó una ataque enfilado al podio.

Contador no se quedó quieto y, ante el abrumador protagonismo del Caisse d'Epargne, recordó que está en carrera y que manda en ella con una golpe de autoridad en Navacerrada, su casa, donde mañana sellará su triunfo, que puso a todos con las orejas tiesas.

Contagiado, Sastre, ya liberado de malos rollos, emuló al pinteño y su gran rival para el tercer escalón del podio, Mosquera, se sumó a la fiesta. Leipheimer aguantó bien y solo faltó Gesink, que llegó a sufrir algún apuro, solventado rápidamente.

Estaba preciosa la etapa hasta el paso por Navafría, pero coronarlo significaba un cambio de tercio en el discurso del recorrido, ya sin dificultades de calado en sus últimos 50 kms.

Después llegó el corte de tres en cabeza, el ataque y la generosa ingenuidad de Kiriyenka, y la fácil victoria de Arroyo, que premió al equipo que más mereció.