Incidentes aislados en la marcha de homenaje a las víctimas de la dictadura chilena

Santiago de Chile.-  Manifestantes y policías protagonizaron hoy incidentes esporádicos durante un acto en el que miles de personas marcharon en Santiago en homenaje a las víctimas de la dictadura militar, cuando se cumplen 35 años del golpe de Estado que el 11 de septiembre de 1973 derrocó a Salvador Allende.

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(EFE)

Una mujer y un niño encienden velas, el pasado 11 de septiembre, frente al estadio nacional en Santiago (Chile), lugar de concentración y tortura en el golpe militar encabezado por el ex dictador Augusto Pinochet Ugarte durante una ceremonia de homenaje a las víctimas.

Según informes preliminares de Carabineros, en los incidentes fueron detenidas 19 personas y hasta el momento no hay reportes de manifestantes ni de policías heridos.

La manifestación fue convocada por la Asamblea Nacional de los Derechos Humanos, que congrega a familiares de víctimas y grupos sociales y de izquierda, y por el Partido Comunista de Chile.

Los organizadores habían previsto reunir a unas 18.000 personas, pero sólo acudieron 3.000, según cálculos de la policía, y 5.000, de acuerdo con los convocantes.

En varias ocasiones a lo largo de la marcha, los manifestantes corearon consignas de apoyo y solidaridad hacia el Gobierno del presidente Evo Morales y el pueblo de Bolivia, que atraviesa una difícil crisis, que ha motivado una reunión de emergencia mañana en Santiago de los presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

La marcha comenzó en la céntrica Alameda Bernardo O'Higgins y terminó ante el Monumento a la Memoria de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos, en el Cementerio General, tras un recorrido de cuatro kilómetros.

Los primeros incidentes estallaron recién iniciada la marcha, cuando varias decenas de manifestantes se salieron del recorrido autorizado por la Intendencia (Gobernación) y trataron de llegar hasta el palacio presidencial de La Moneda.

El permiso para pasar junto a la sede de la Presidencia y específicamente por la puerta Morandé 80, que utilizaba Salvador Allende, había sido negado de forma sistemática por las autoridades para evitar desmanes.

La policía usó chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en las cercanías de La Moneda, mientras que el grueso de la manifestación proseguía rumbo al cementerio general.

Los dirigentes sociales consideraron la prohibición "injusta y arbitraria".

"Nos parece una medida arbitraria que no respeta los derechos de las personas", denunció Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

"En dictadura (1973-1990) marchamos siempre por (la calle) Morandé 80, siempre rendimos homenaje, a pesar de las prohibiciones y la represión", añadió.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, aseguró que si hubieran recibido el permiso para pasar al lado del palacio de La Moneda no se habrían producido incidentes.

El dirigente de la Asamblea Nacional de los Derechos Humanos Roberto Brivial, que también criticó la actitud de las autoridades, tuvo palabras de solidaridad hacia el Gobierno de Evo Morales, "que atraviesa por una situación que ojalá no acabe como la que nosotros vivimos hace 35 años", dijo en alusión al golpe militar.

Los incidentes se repitieron cuando la marcha estaba a punto de terminar y unos 300 jóvenes que iban al final lanzaron bombas incendiarias, colocaron barricadas en la vía pública y destrozaron vidrios ventanas y mobiliario urbano.