Gistau no ha tirado la toalla por "estima profesional" y el "compromiso dado"

Zaragoza.-  Roque Gistau asumió la presidencia de la sociedad estatal que puso en macha la Exposición Internacional Zaragoza 2008 hace tres años y ahora que la muestra llega a su fin reconoce que ha sido un trabajo duro y difícil y que no ha tirado la toalla por propia estima profesional y por el compromiso dado.

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(EFE)

El presidente de Expoagua, Roque Gistau, durante una entrevista.

A dos días de que la Expo cierre sus puertas tras recibir a más de cinco millones de visitas durante tres meses, Gistau asegura en una entrevista con Efe que, aunque cansado, tiene la satisfacción de haber cumplido con un proyecto que marca la arquitectura de la capital aragonesa del siglo XXI y que deja como legado la "Carta de Zaragoza", que si se sabe transmitir debería suponer un antes y un después en la gestión del agua y los recursos naturales en el mundo.

Pregunta.- La Expo se acaba ¿Lo estaba deseando?.

Respuesta.- Ni deseando, ni no. Como soy un profesional, esto forma parte del programa, que tiene un arranque y un día de cierre, y luego una liquidación. Estamos en la fase en la que tenemos que estar.

P.- Es uno de los que más ha trabajado y se ha implicado en el proyecto ¿Tan difícil y duro ha sido?

R.- Obviamente he estado muy implicado, pero quiero que quede clarito que aquí ha trabajado mucha gente tanto como el presidente. El presidente como el que más y, por tanto, he estado implicado desde la mañana a la tarde. ¿Estoy hasta el gorro?. No, estoy cansado, porque éste es un proyecto duro. Y ha sido difícil porque es un proyecto muy complejo, con muchas teclas y con un plazo absolutamente disparatado.

P.- ¿Ha tenido la tentación de tirar la toalla?

R.- Pues sí, sinceramente, sobre todo al principio, un momento de arranque en el desierto, porque no había nada hecho y uno se plantea de verdad cuál va a ser el final de esta película.

P.- ¿Cómo ha superado esa tentación?

R.- Por una mezcla de cosas, en la que influye tu propia estima profesional y el compromiso dado. Yo soy alguien muy leal con las cosas que digo y, por tanto, si me he comprometido intento hacerlo bien.

P.- Las largas colas ¿Han sido el punto flaco de la Expo?

R.- Yo creo que no. Si alguien pensaba que una Expo en la que hay tantísima gente no iba a haber colas es que no está en la realidad, porque la capacidad de cada elemento es la que tiene y eso se sabe a priori. Se sabe que la capacidad de ingestión de un pabellón, como el de Alemania, España o el de Aragón es una determinada. Si hay más gente que la es capaz de dirigir pues al final hay una cola.

P.- ¿Había algo en el recinto que mereciera cuatro horas de espera?

R.- Eso es muy subjetivo. Si se han hecho es porque lo merecen.

P.- Una de las relaciones más tensas que ha tenido es con el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. ¿Son irreconciliables?

R.- No es verdad. En el mundo de las responsabilidades, cada uno tenemos una. (Belloch) Es el alcalde de Zaragoza y es accionista de esta sociedad (Expoagua), y yo soy el presidente y he sido nombrado por los tres accionistas, naturalmente por el mayoritario (Estado). Yo he sido responsable y creo que mi obligación es administrar con rigor esta sociedad, y el alcalde tiene sus propios objetivos como alcalde. No hemos tenido ningún desencuentro, pero yo he dicho lo que creo que tengo que decir cuando tengo que opinar sobre algo. La verdad es que no tengo absolutamente ningún litigio ni ninguna reacción personal con el alcalde. A mi me parece un alcalde magnífico, lo he dicho muchas veces, y yo tengo que administrar cabalmente esta sociedad, eso es todo.

P.- El coste de algunas obras se ha disparado ¿Habrá un desfase millonario?

R.- No habrá ningún desfase en su conjunto. Cuando planteamos este proyecto, dimos una cifra y nos tomamos una cobertura que estaba en torno a cien millones de euros para poder absorber las modificaciones que hubiese de algún proyecto.

No arrancamos con los proyectos terminados, entre otras cosas porque había parámetros que no conocíamos. No sabíamos si iban a venir 60 países, 80 ó 104, ni conocíamos la expografía. ¿Qué hemos hecho?. Ir definiendo este proyecto a trozos. Y eso te lleva a modificaciones a lo largo del proyecto que llevan asociados unos incrementos o reducciones en los costes. En esa línea, la cobertura que nos tomamos, que era de cien millones, en el último consejo la bajamos a setenta, y con ellos vamos a cubrir todo eso que usted llama los desfases.

P.- ¿Qué habría cambiado si hubiera podido?

R.- Hay cosas que hoy posiblemente no repetiría. Por ejemplo, este edificio para las oficinas de la Expo, que dura tres meses y que luego hay que venderlo. Posiblemente nos hubiéramos apañado donde estábamos o alquilando algo aquí, más cerca. Por ejemplo, yo creo que con el Pabellón Puente, que es un icono clarísimo de la ciudad, hemos tomado demasiados riesgos. Al final, ha salido bien y, por tanto, ahí está construido, pero era una decisión yo diría que valiente. Quizá no deberíamos haber tomado este riesgo, pero también tendríamos una obra quizá menos bella que la que tenemos.

P.- ¿Con qué se queda?.

R.- Yo me quedo con la satisfacción de haber cumplido, sinceramente. Y con que los ciudadanos y los visitantes de la Expo se quedan contentos. Y yo creo que hay una herramienta que posiblemente hemos vendido mal, que es la Tribuna del Agua, por donde ha pasado muchísima materia gris, donde hay una conclusiones potentes. Si somos capaces de transmitirlas bien, deberían marcar un antes y un después en relación con la gestión del agua y de los recursos naturales en el mundo.

P.- ¿De qué se arrepiente?

R.- Yo no me arrepiento de nada. No hay que mirar atrás.

P.- ¿Cómo ve el recinto dentro de un tiempo? ¿Qué edificio cree que aguantará mejor el paso de los años?.

R.- Creo que aguantará todo bien. A mí me gusta mucho el proyecto post-Expo. Si eso lo hacen bien, creo que es una pieza que marca la arquitectura de la Zaragoza del siglo XXI, no tengo ninguna duda. Es un conjunto que quizá no nos damos cuenta bien de la potencia que tiene desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico.

P.- Retomando la Tribuna del Agua ¿Cree que servirá de algo la "Carta de Zaragoza"?

R.- Yo estoy convencido de que sí. Creo que no hay nada inocente en este mundo y cuando una cosa tiene peso y tiene enjundia, y realmente se transmite... Yo pienso siempre en la buena voluntad de todos los actores, en que los ciudadanos y los espacios políticos están para resolver los problemas del mundo, y por lo tanto yo estoy convencido de que eso va a ser escuchado por la ONU, la Unión Europa y los gobiernos.

Ainhoa García Mendaza