Transparencia Internacional recuerda a Colombia la importancia de la corrupción

Bogotá.-  La directora mundial de la Corporación Transparencia Internacional (TI), la canadiense Huguette Labelle, advirtió hoy en Bogotá sobre la necesidad de incluir la corrupción en la agenda pública del país.

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"Lo que tenemos ahora en la cúpula es a personas muy inteligentes, que con el comercio ilegal, el tráfico de armas y con muchos recursos encuentran maneras de capturar al Estado, (y son) mucho más difíciles de percibir", señaló la canadiense.

Labelle llegó a Bogotá para estar presente en el X aniversario de la sección Colombia, país con un índice de corrupción de 3,8 sobre 10, según el barómetro que maneja la organización, nivel que lo sitúa en el puesto 68 de 183 naciones analizadas.

Margareth Flórez, directora de TI Colombia, coincidió en que "la corrupción en Colombia es cada día más compleja (...), está en manos de grupos delincuenciales organizados que buscan afectar aspectos neurálgicos del Estado para satisfacer intereses particulares".

Al respecto, Flórez manifestó su preocupación por el hecho de que tan sólo un tres por ciento de los colombianos opina que la lucha contra la corrupción es prioritaria.

"No están viendo los nefastos efectos que tiene la corrupción en su vida", lamentó Flórez.

"Un desafío es volver a poner la corrupción de la agenda pública, nos hemos concentrado en el tema del conflicto armado como prioridad, pero la corrupción está mezclada", dijo.

En el caso de América Latina, la desconfianza de la gente es "fuerte hacia las instituciones políticas, como los congresos nacionales, partidos políticos (...) y el poder judicial, siendo éste uno de los peores", explicó el director regional de TI, Alejandro Salas.

La directora mundial recordó que "la corrupción alimenta a la pobreza", y señaló que esta lacra está involucrada en "las armas ilícitas, la desestabilización de los Estados, la distorsión de los mercados (...) y, finalmente, mata, y mata a mucha gente cada año".

Cuestionada sobre lo quimérico de una sociedad sin corrupción, la directora mundial justificó la labor de TI.

"Es como decir que si se roba un poco está bien, pero no se puede robar demasiado (...). Normalmente, los que extorsionan se lo hacen a gente más pobres que ellos", recordó.

Según la percepción de TI, los países que mejor califican (escandinavos, Dinamarca, Holanda, Australia y Singapur) son aquellos en los que "la información de programas del gobierno, de presupuestos e ingresos es muy fácil de obtener, y el acceso a ésta es muy fácil".

"El problema es que hay países que tienen las leyes correctas y no las impulsan, hay instituciones pero no son independientes", lamentó.

Otro de los aspectos que destacó fue la necesidad de establecer un control estricto en la financiación de partidos y candidatos políticos, así como la conveniencia de establecer un tope en las aportaciones privadas.

Finalmente, Labelle calificó de "vital" el papel de la sociedad civil en la lucha contra la corrupción y denunció la tendencia que ha detectado en varios países del mundo en los que "han creado legislación para limitar a las organizaciones sociales y de dónde pueden obtener fondos".

"Entre las organizaciones civiles, la sociedad y los medios de comunicación hay una posibilidad para que la gente tenga acceso a la información y también de ser representados en el gobierno", concluyó.