El litoral sur del occidente de Cuba se resigna a los huracanes

Batabanó (Cuba).-  El litoral sur del occidente de Cuba se resigna a su suerte y al destino de ser perenne objetivo de los huracanes del Atlántico Norte, aunque el paso del "Ike", este martes, ha sido mucho más liviano de lo que se preveía hace apenas unas horas.

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(EFE)

"Ike" abandonó Cuba minutos antes de las 16.00 hora local, por la costa noroeste, para adentrarse en el Golfo de México, tras transitar durante más de 40 horas por Cuba dejando estragos en el oriente de la isla y al menos cuatro muertos.

El "Ike" abandonó Cuba minutos antes de las 16.00 hora local (20.00 GMT), por la costa noroeste, para adentrarse en el Golfo de México, tras transitar durante más de 40 horas por Cuba dejando estragos en el oriente de la isla y al menos cuatro muertos y una veintena de heridos.

A la misma hora, el municipio costero de Batabanó, a solo 50 kilómetros al sur de La Habana, comenzaba a sentir la penetración del mar en sus calles, ante la mirada de vecinos apoyados en los codos sobre las barandillas de sus balconadas que asistían a una escena sobradamente familiar para ellos.

"Es lo de siempre", decía Gloria mientras se adentraba al interior de una vivienda situada en el Surgidero de Batanó -en la parte costera- para telefonear al puesto de mando de la Defensa Civil del municipio e informar de la altura alcanzada en ese momento por el agua en la calle.

El paso del "Ike" por el sur de La Habana derribó algunos postes en la carretera y sobre todo mucha lluvia, pero no ha tenido la virulencia que desató sobre las provincias orientales desde el domingo por la noche.

El huracán, que salió con fuerza uno en la escala Saffir-Simpson de cinco, ha dejado decenas de miles de viviendas destrozadas y afectadas en el este de Cuba, así como cultivos, tendidos eléctricos, instalaciones económicas y escuelas con daños de gran magnitud.

En Batabanó, 6.000 de los 26.000 vecinos, principalmente los de áreas cercanas al litoral, estaban evacuados desde hacía muchas horas ante la seguridad de que el huracán provocaría la incursión del mar y caerían sobre ellos fuertes lluvias, con el consiguiente riesgo de inundaciones.

"Tenemos procedimientos de todo tipo: para huracanes de categoría uno, dos, tres..., para temporales, para penetraciones del mar...", explicó Heriberto Lugo, uno de los encargados de la Defensa Civil en la localidad.

La incursión del mar es una constante con cada ciclón y no es motivo de alarma para los vecinos, que pasean por sus calles cuando el viento amaina y se esfuman apenas el aire aumenta sus revoluciones.

Sin embargo, y a pesar de esa mecánica de aseguramiento, no son pocos los que no pueden esconder su hartazgo por el acoso de los fenómenos atmosféricos.

"Los pescadores han salido solo dos días esta semana y han perdido casi todas las jaulas", dijo a Efe Armando, un "casi jubilado" con muchos años de trabajo en el puerto.

En menos de un mes, la tormenta tropical "Fay", el huracán de fuerza cuatro "Gustav" y el "Ike" han afectado de una u otra manera a Batabanó.

Además, el "Gustav" casi les arrebata a cinco de sus convecinos, pescadores que naufragaron en su intento de regresar a puerto y que durante dos días y medio estuvieron perdidos en el mar, con 27 horas aferrados a un remo y una tabla, y que reaparecieron de manera casi milagrosa.

"Todos los ciclones se conocen el trillo, todos saben por dónde se viene para acá", agregó Armando resignado.

Sin embargo, en las inmediaciones del municipio de Melena del Sur, un joven hoy caminó durante buena parte de los alrededor de 20 kilómetros bajo un feroz aguacero y rachas de viento nada amables sin esconder una enorme sonrisa.