La amenaza secesionista une a Chipre

Una isla colonizada durante siglos; una calle dividiendo a dos comunidades dentro de un mismo país; un conflicto que enfrenta a dos países que son rivales históricos; ortodoxos contra musulmanes; un golpe de Estado y una ocupación militar de más de 35.000 soldados en una pequeña isla que apenas supera el millón de habitantes. La de Chipre, cuyas comunidades turcochipriota y grecochipriota viven divididas desde hace más de 30 años, es una historia que ha caminado en la cuerda floja del desastre. Pero también es una historia que tiene todos los ingredientes para conseguir su propio final feliz... o al menos, eso parece.

(EFE)

Ellos serán los protagonistas de la reunificación chipriota.

El presidente de Chipre, Dimitris Christofias, y el líder turcochipriota, Mehmet Alí Talat, se han dejado ver en los últimos días conversando relajadamente frente a una taza de café o, por qué no, de un té al más puro estilo de Gran Bretaña, de quienes fueron colonia hasta 1960. Sin embargo, lejos de representar la típica imagen de diplomacia vacía, Cristofias y Alí Talat han demostrado que están dispuestos a llegar a un entendimiento lo más pronto posible. Tanto es así que, si todo va bien, Chipre volverá a ser una antes de que acabe el año.

Las conversaciones pondrían fin a más de tres décadas de un conflicto que comenzó a gestarse cuando Chipre dejó de ser una colonia británica, y que se materializó en 1974, cuando después de un golpe de Estado de partidarios de la anexión a Grecia —apoyados por Atenas— , Turquía decide enviar tropas para proteger supuestamente a la minoría turca que habitaba la isla. Desde entonces, Chipre queda dividida en dos regiones cuya frontera estaba custodiada por soldados de las Naciones Unidas: la República de Chipre, reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional, y la República Turca del Norte de Chipre, a la que sólo Turquía y la Conferencia Islámica consideran un Estado. Ignacio Molina, investigador principal para Europa del Real Instituto Elcano cree que "lo que ocurrió allí se parece mucho a lo que ha pasado en Georgia" hace unas semanas, donde dos de sus regiones, Abjasia y Osetia del Sur se han declarado independientes, contando únicamente con el apoyo de Rusia.

Pero Chipre está más cerca —"es el único conflicto de este tipo que existe en Europa", recuerda Molina"— y, tanto Europa como las organizaciones multilaterales han realizado esfuerzos por normalizar la situación de esta pequeña isla del Mediterráneo. Así, en 2004, el por entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, traza un plan contando con todas las partes que tienen intereses en este conflicto. Aunque en un primer momento parece que el proyecto puede salir adelante después de ser aceptado por Turquía, la potencia más beligerante en este asunto, la euforia se disipa después de que los propios grecochipriotas rechazan el plan en referéndum.

¿Qué ha cambiado en estos años? El experto del Instituto Elcano subraya la importancia de la elección de Christofias como presidente de Chipre. Es posible que nadie se esperara que un líder de pensamiento marxista y partidario de la reconciliación chipriota lograra la victoria en los comicios de enero de este año, y mucho menos que lo iba a hacer con el 52% de los votos. Pues bien, este gesto, cree Molina que demuestra "la voluntad del pueblo grecochipriota de llevar a cabo la reunificación". Fue dicho y hecho. Con la victoria de Christofias, comenzaron las negociaciones y los líderes se han comprometido a reunirse en Nicosia semanalmente para llegar a un entendimiento antes de finales de año.

Muchos expertos consideran que el cambio de mentalidad de los grecochipriotas se ha producido a raíz de la proclamación de independencia en Kosovo y más recientemente de la secesión de Osetia del Sur y Abjasia. De hecho, algunos aventuran que el propio Alí Talat ha aprovechado el miedo a que la separación del norte y el sur de Chipre se hiciera efectiva para forzar una negociación inmediata. Sin embargo, Molina, cree que más que ser un instrumento de presión de los turcos hacia los chipriotas del sur, la amenaza separatista ha generado "un mayor interés de los grecochipriotas de ser generosos y normalizar el país" y, según él, "las expectativas son favorables".

Molina también opina que la coyuntura internacional ha sido una parte fundamental en el entendimiento entre ambas partes. Por ejemplo, señala la "actitud moderada" del Gobierno turco, que en los últimos meses ha iniciado una serie de procesos de reconciliación con algunos sus países vecinos (Grecia y Armenia), con los que ha mantenido muy malas relaciones desde hace muchos años. El Reino Unido, como antigua metrópoli, también ha jugado un papel importante en la resolución del conflicto ya que tiene bases navales soberanas en Chipre. Según Molina, los británicos siempre han tenido "interés de solventar la tensión militar por la posición de sus bases, muy próximas a Oriente Medio".

Sin embargo, el investigador del Instituto Elcano recuerda que esta "ha sido una acción muy independiente entre la parte turca y la parte griega de Chipre, sin intervención de grandes potencias como en 1974, en plena guerra fría". El primer gesto fue acabar con la frontera de la Calle Ledra en Nicosia, que separaba las dos comunidades y que estaba custodiada por soldados de la ONU. "Este muro se abrió, en un paso histórico similar a la caída del muro de Berlín", señala el experto del Instituto Elcano.

¿Cómo será el Chipre reunificado?

La primeras reuniones han servido para limar asperezas antes de ponerse manos a la obra. Habrá más de aquí a que acabe el año, pero el encuentro de hoy será decisivo, ya que sentará las bases políticas de lo que será Chipre a partir de ahora. Por ejemplo, "si el norte de Chipre se integra, no habrá que modificar ningún punto de la legislación de la Unión Europea", subraya Molina. Entre otras cosas, se discutirá la formación de Gobierno y el reparto de poderes en el nuevo estado chipriota. Otra cuestión espinosa se refiere a la presencia de los más de 35.000 soldados turcos en el norte de la isla desde el año 1974, ya que los chipriotas no quieren militares extranjeros en su isla.

Lo que está claro es que Chipre será una federación bicomunal. Molina cree que esto podrá traer problemas en el futuro ya que, según él, "una federación de dos es más complicada que una federación de muchas partes, como Alemania. Ahí están los ejemplos de Checoslvaquia y Austrohungría que terminaron por separarse, o los problemas de Bélgica en la actualidad", explica.

"El PIB será otro problema", opina Molina. El del norte es la mitad que el PIB de la parte sur (9.666 euros frente a 18.879), donde todo el comercio pasa por Turquía. "Habrá que unificar salarios de funcionarios, etc.", dice el experto en Europa, poniendo como ejemplo las negociaciones entre Alemania Occidental y Alemania del Este tras la caída del muro de Berlín.