La "vuelta al cole" provoca ansiedad y hastío en un 20% de alumnos

Palma.-  La pereza de volver a la rutina no es algo exclusivo de la edad adulta, también los niños sufren ansiedad y hastío cuando se les habla de la "vuelta al cole", un síndrome "post vacacional" conocido por los especialistas como síndrome de la normalidad y que afecta al 20 por ciento del alumnado.

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(EFE)

La pereza de volver a la rutina no es algo exclusivo de la edad adulta, también los niños sufren ansiedad y hastío cuando se les habla de la "vuelta al cole", un síndrome "post vacacional" conocido por los especialistas como síndrome de la normalidad y que afecta al 20 por ciento del alumnado.

Se trata, según ha explicado a Efe el vocal de Psicología de la Educación del Colegio de Psicólogos de Baleares, Gabriel Pujol, de un síndrome temporal, "que no un trauma", que afecta generalmente a los niños más pequeños y que sólo en casos "muy esporádicos" llegan a requerir intervenciones más precisas del especialista.

Los alumnos más vulnerables a sufrir durante los primeros días de colegio ese hastío o tristeza que les produce el volver a las aulas son aquellos que tienen más problemas con los estudios y los que tienen dificultad para integrarse y relacionarse con sus compañeros o con sus profesores.

Asimismo, Pujol aclara que, del mismo modo que para unos la vuelta al cole es un suplicio, otros muchos niños que tienen problemas en casa -familiares o de otra índole-, "ven el colegio como una forma de escape y regresar les hace más felices".

"Eso depende de cómo el niño interiorice las cosas que suceden a su alrededor", asegura este psicólogo balear, quien afirma que, desde su experiencia personal, "una vez superadas las dos primeras semanas de curso los alumnos recuperan el ánimo y el hábito".

En el caso de que esto no fuera así, "entonces sí habría que estar atentos porque esa negativa a ir al colegio podría esconder algo más", matiza.

No obstante, este especialista señala que, si bien "después de un verano tan largo volver al colegio supone un esfuerzo, el hastío y el cansancio no deja de ser una fase para una adaptación natural", por lo que recomienda a los padres "no darle más trascendencia" y "tomar una actitud de comprensión y al mismo tiempo de firmeza".

Pujol recalca que no se trata de sobreproteger al niño sino de encontrar un equilibrio que permita apoyarlo, animarlo, sin restarle independencia. "Debe sentirse acompañado, los padres han de levantarse, hablar con él del regreso al colegio y asegurarle que estarán ahí si los necesita", detalla el especialista.

Como psicólogo en un centro educativo de Palma de Mallorca, Pujol asegura que su experiencia le ha demostrado que la clave para evitar momentos de lloros y angustias, sobre todo en los niños de tres años que empiezan por primera vez el colegio, "es que los padres dejen al niño y se vayan enseguida, sin mirar atrás ni una sola vez".

Después, comenta, se les puede recoger y premiar de algún modo, para que el crío se sienta recompensado. "Eso sí, nada de incentivos antes de ir al colegio ni nada de que el niño relacione esa recompensa con el hecho de haber acudido al aula", puntualiza.

Los estudiantes más mayores, en los últimos ciclos de primaria y secundaria, son menos vulnerables pero no ajenos a este síndrome.

La mayoría de ellos lo exteriorizan en "una falta de ánimo y motivación hacia los estudios, agobios o angustias que pueden llegar a prolongarse si dejan que se les acumulen las responsabilidades escolares" que, finalmente, se ven incapaces de asumir, explica Pujol.