El cultivo de opio desciende un 20 por ciento en Afganistán en el último año

Kabul.-  El cultivo de opio en Afganistán, una de las principales fuentes de financiación de la insurgencia talibán, ha disminuido un 20 por ciento durante el último año, aunque la producción de esta droga tan sólo ha bajado un 6 por ciento, según un informe difundido hoy por la ONU.

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(EFE)

Policías afganos destruyen un campo de amapolas en la zona de Shindand.

Los cultivos de opio han pasado de ocupar una extensión de 193.000 hectáreas a 157.000, pero la mayor productividad de los campos de adormideras este año han hecho que la producción total se sitúe en 7.700 toneladas, frente a las 8.200 de 2007.

Según un comunicado de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), el director ejecutivo del organismo, Antonio María Costa, aseguró en rueda de prensa en Kabul que este año el cultivo masivo de opio "ha empezado a retroceder".

Al presentar el informe, Costa se felicitó porque, mientras que en 2007 cultivaron opio 18 de las 34 provincias afganas, en 2008 los campos tan sólo se han encontrado en 13 de ellas.

El 98 por ciento de los campos se hallan en siete provincias del suroeste del país: Helmand, Kandahar, Uruzgan, Farah, Nimroz, Daykundi y Zabul.

Es precisamente en estas regiones, en especial en las tres primeras, donde la insurgencia talibán tiene sus principales bastiones.

"Ahora hay una perfecta coincidencia entre las zonas de alto riesgo y las regiones con una elevado cultivo de opio", apuntó Costa.

"Como las drogas están sirviendo de financiación a la insurgencia y la insurgencia permite el cultivo, ambos tienen que ser derrotados de forma conjunta", remachó el director ejecutivo de la UNODC.

Tan sólo en Helmand, una de las provincias donde los talibanes tienen una presencia más fuerte, se hallan 103.000 hectáreas de campos de cultivo, dos tercios del total del país.

"Si Helmand fuera un país, sería igualmente el mayor productor de drogas ilegales del mundo", aseveró Costa.

El estudio, sin embargo, mira con optimismo casos como el de la región de Nangarhar (este), que ha pasado de ser en 2007 el segundo mayor productor de esta droga a estar "libre de opio", según la UNODC.

El organismo atribuye el descenso en el cultivo de opio en Nangarhar y otras provincias como Badakshan y Balkh, situadas en el norte, a las campañas que han llevado a cabo las autoridades locales para animar a los agricultores a que busquen otras vías de subsistencia.

"Los gobernadores (locales) han de poder cumplir sus promesas" con los agricultores, señaló Costa, quien animó a la comunidad internacional a dar ayuda económica a estas provincias para que no vuelvan al cultivo de opio.

Otro de los motivos esgrimidos por el UNODC para explicar este ligero descenso en la producción de opio es la sequía que ha azotado al país centroasiático, en especial a su tercio septentrional.

Además, el aumento de los precios de alimentos básicos ha hecho que para los agricultores sea mucho menor el margen de beneficio que consiguen produciendo opio que si cultivan otro tipo de productos, como el trigo.

Lo que sí dejó claro el enviado de la ONU es que los esfuerzos por erradicar los campos de cultivo no son el motivo del descenso de la producción, ya que este año tan sólo se han destruido 5.480 hectáreas, frente a las 19.047 de 2007.

Sin embargo, el informe muestra que el opio sigue reportando grandes beneficios: los agricultores han ingresado 732 millones de dólares en 2008, frente a los 1.000 millones de 2007.

El estudio también alerta sobre los "miles de toneladas" de opio, heroína y morfina que no han sido vendidos y que no están en manos de los agricultores.

Eide pidió a los servicios secretos a que encuentren estas grandes cantidades de droga, ya que "son una bomba para la salud pública y la seguridad global".

El informe también señala que muchos de los campos están situados cerca de la frontera con Irán y Pakistán, por lo que insta a Islamabad y Teherán a colaborar con Kabul para poner fin al narcotráfico.