Lágrimas y dolor entre los familiares que son trasladados al Ifema en autocares

MADRID.-  Los autocares que cubren el trayecto entre el pabellón del Ifema donde han sido trasladados los cuerpos de las víctimas del accidente aéreo de ayer y el hotel Auditórium, donde han sido alojados sus allegados, realizaron durante la mañana de hoy numerosos traslados de familiares que no podían disimular en sus rostros y lágrimas los momentos de dolor que están atravesando.

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Reuters (EUROPA PRESS)

Los autocares que cubren el trayecto entre el pabellón del Ifema donde han sido trasladados los cuerpos de las víctimas del accidente aéreo de ayer y el hotel Auditórium, donde han sido alojados sus allegados, realizaron durante la mañana de hoy numerosos traslados de familiares que no podían disimular en sus rostros y lágrimas los momentos de dolor que están atravesando.

Los psicólogos y el personal voluntario de Spanair les acompaña en todo momento para prestarles la ayuda que necesiten, incluso en esos cortos trayectos que se realizan en los autobuses facilitados por el Ifema.

Entre los afectados se encontraba la familia de un militar de 27 años, fallecido en el siniestro. Su madre declaró a Europa Press Televisión que su hijo trabajaba en Madrid y se dirigía a su tierra natal, Gran Canaria, a disfrutar de sus vacaciones. Su padre contó que tenía previsto subir al avión de Air Europa de las 8.00 horas pero la mala suerte hizo que cogiera el siniestrado.

Entre los pasajeros que se dirigían a primera hora de la mañana al improvisado tanatorio del parque ferial se encontraba una mujer que explicó que había perdido en el avión a su hijo, su nuera y sus dos nietos.

En las primeras horas del día se produjeron momentos tensos, como cuando una mujer, allegada a una de las víctimas mortales, empezó a gritar por la desesperación de la pérdida. "Si sabían que el avión estaba roto por qué lo utilizan", declaró.

Otra de las familiares afectadas confesó muy desconsolada que se había enterado del accidente "viendo la televisión". La mala suerte hizo que su allegada retrasase su salida y acabase tomando el avión siniestrado. "Me siento fatal", dijo.

Por último, otra mujer que se dirigía a Ifema se mostraba rota de dolor y aseguraba que la pérdida de su hijo y la novia de éste le había "roto la vida".