La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha rubricado hoy miércoles, tras 18 meses de negociaciones, un acuerdo con Varsovia para situar parte del controvertido escudo antimisiles en territorio polaco. El pacto, que ha agraviado a Moscú, llega en un momento en el que las relaciones entre Rusia y Occidente pasan por un periodo muy delicado: en plena crisis de Georgia y un día después de que los 26 ministros de Exteriores de la OTAN, reunidos de emergencia en Bruselas, advirtieran al Gobierno ruso de que "las relaciones con Moscú no pueden continuar como hasta ahora" y pidieran "la retirada inmediata de sus tropas de Georgia" y su repliegue a las posiciones que ocupaban antes de la confrontación.
Condoleezza Rice y el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, muy sonrientes.
El altercado político ha estallado después de la guerra de cinco días que enfrentó durante la segunda semana de agosto a Rusia con su pequeño vecino caucásico, por disputas sobre la región separatista de Osetia del Sur, enclavada en territorio georgiano, pero cuyas aspiraciones independentistas respalda el Gobierno ruso. Los choques han producido centenares de muertos y más de 150.000 refugiados, según estimaciones de Naciones Unidas.
En sus declaraciones más recientes, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, aseguró que los soldados rusos abandonarían suelo georgiano a finales de esta semana, pero como han subrayado portavoces de la diplomacia británica, éste es el tercer anuncio de retirada que pronuncia Rusia, sin que hasta ahora haya cumplido con ese compromiso.
La condena más dura la emitió Condoleezza Rice durante la reunión de ayer, al afirmar que Rusia se arriesga a convertirse en el "paria" de esta crisis. Moscú, por su parte, acusó a la OTAN de favorecer el "régimen criminal" georgiano y desestimó el encuentro de la Alianza Atlántica calificando sus conclusiones de "pura palabrería", pues nadie quiere romper lazos con Rusia.
"La OTAN le ha dejado claro a Moscú que su aventura militar en Georgia es inaceptable y que ha dañado inevitablemente sus relaciones con Occidente", dice en conversación telefónica desde Bruselas el corresponsal diplomático de la BBC Jonathan Marcus. "En la crisis concreta con Georgia, la Alianza ha mostrado una posición común. Las divergencias vienen cuando se plantea el futuro de las relaciones con Rusia en el medio y largo plazo".
Los países europeos están divididos a la hora de perfilar sus estrategias hacia Rusia, cuyos recursos energéticos alimentan una cuarta parte de las necesidades de la UE. Mientras nuevos Estados miembros como Lituania reclaman la imposición de sanciones a Moscú y acelerar la integración de Georgia en la Europa de los 25, Alemania, Francia o Italia mantienen una posición mucho más cautelosa y contraria a adoptar medidas diplomáticas precipitadas para intentar aislar a Rusia.
Niños refugiados del conflicto entre Georgia y Rusia.
Esa prudencia se manifestó en el comunicado final emitido ayer por la Alianza, que se quedó en poco más que una declaración de intenciones. El texto anuncia la congelación de contactos regulares con Rusia, pero no sugiere el envío de tropas a Georgia ni de una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz como reclamaba el Gobierno de Tbilisi. La OTAN se limita a ofrecer algunas 'medidas de apoyo' de carácter no militar y el envío de un pequeño grupo de expertos para ayudar al Gobierno georgiano a evaluar los daños sufridos en las infraestructuras civiles, restablecer el tráfico aéreo y asesorar sobre la naturaleza de potenciales ciberataques.
"La OTAN y la UE van a tener que navegar por las aguas del desacuerdo en lo que se refiere a sus relaciones con Rusia", agrega Marcus. "Europa se ha mostrado incapaz de hablarle a Moscú con una sola voz. Pensar que habrá una posición concertada en el futuro inmediato es pura fantasía".
La Alianza indicó ayer que mantiene las puertas abiertas a países como Georgia y, para subrayar esta postura, anunció la creación de una comisión OTAN-Georgia, similar a la que ya existe para la candidatura de Ucrania. Pero esta iniciativa parece tener un valor más simbólico que real.
Un campo de refugiados a 20 kilómetros de Tbilisi.
"Georgia es en realidad un candidato con escasas posibilidades para ingresar en la OTAN", apunta Marcus. "Todo el mundo parece haber olvidado —convenientemente— que la Alianza nunca aceptaría a Tbilisi hasta que se hayan solventado sus disputas con Osetia del Sur y con la también separatista región de Abjasia. La OTAN nunca ha aceptado a miembros que traigan cuentas pendientes a la organización, y desde luego, a ninguno que pueda incitar a un enfrentamiento militar con Rusia. Eso implica que Moscú, aunque carece en teoría de capacidad de veto a las decisiones de la Alianza, tiene un veto de facto en este caso, porque solventar esos conflictos pasa por negociar con los rusos".
Sin embargo, "negociación" no parece ser la palabra que mejor define la estrategia de Washington hacia Moscú. Aunque tanto EE UU como Polonia aseguran que el acuerdo del escudo antimisiles, firmado hoy, no va dirigido contra Rusia, al Gobierno de Medvedev no le ha tranquilizado nada estas palabras. Moscú argumenta que el proyecto alterará el equilibrio militar en Europa y ha advertido que redirigirá sus misiles contra Polonia.
Un 65% de los polacos expresa su temor al intervencionismo ruso. "Los americanos están aprovechando la situación para impulsar políticas que les interesan en la región y que disgustan a los rusos", señala el corresponsal de la BBC
Según manifestó la semana pasada el general ruso Anatoli Nogovitsyn, el plan de establecer una base de misiles en suelo polaco "no puede pasar sin castigo. Es lamentable que en momentos en los que la situación ya es bastante difícil, Estados Unidos exacerbe las dificultades en sus relaciones bilaterales con Rusia".
La fecha de la firma no es indiferente, como indican los sondeos de opinión realizados en Polonia. Antes de la guerra entre Rusia y Georgia, un sector importante de la opinión pública polaca se mostraba contraria al acuerdo, pero tras el conflicto, una mayoría de polacos respalda la iniciativa, con un 65% que expresa su temor al intervencionismo ruso. "Los americanos están aprovechando la situación para impulsar políticas que les interesan en la región y que disgustan a los rusos", apunta Marcus.
Para algunos analistas, ésta es una señal más de que las hostilidades entre Rusia y Occidente, lejos de atravesar una fase pasajera, se han convertido en un rasgo permanente de la diplomacia internacional en el siglo XXI. Algunos observadores hablan incluso de "una nueva Guerra Fría", aunque para otros ese término no representa la naturaleza de la actual relación antagónica entre ambas partes, basada no tanto en pilares ideológicos como en el interés propio de grandes potencias con agendas distintas que a veces coinciden y a veces chocan. "A mí me recuerda más a las antiguas luchas de poder al más viejo estilo del siglo XIX", concluye Marcus.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
La cuestión de las relaciones con Rusia va a plantear debate también en España, que no acaba de definirse abiertamente +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
“Algunos luchamos por tener los pies en suelo.” Lo decía ayer en su Twitter Raül Romeva, uno de los cuatro eurodiputados españoles (Oriol Junqueras, de ERC, Ramon Tremosa, de CiU, Rosa Estarás del PP y él, de ICV) que apoyaron la enmienda para evitar que el presupuesto comunitario de 2012 contemple los vuelos en primera clase de los parlamentarios europeos. No era una excepción. Lo escribía ahí porque es lo que hace siempre: ser transparente.
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
“Os propongo que sea el Comité Federal, en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos del partido para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales.” De esta manera, Zapatero ha puesto las primarias en el punto de mira tras anunciar que no será candidato a la reelección. Tras este anuncio, observamos algunas reflexiones sobre el proceso
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.