Integrantes de la primera ascensión vallisoletana a un ochomil aseguran que "mereció la pena el sufrimiento"

Valladolid.-  Nuría García Pachón e Ignacio García Pinacho, integrantes de la primera ascensión vallisoletana a un ochomil, comentaron que el hecho de haber culminado el Gasherbrum II (8.035 metros), pico situado en la cordillera pakistaní del Karakorum, "mereció la pena a pesar del sufrimiento".

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(EFE)

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva.

Los montañeros vallisoletanos relataron durante una recepción en el Ayuntamiento de Valladolid los pormenores de una travesía que finalizó el 30 de julio cuando culminaron la cima del Gasherbrum II, después de 55 días y un intento fallido que su frustró a veinte metros de la parte más alta de la montaña.

"Fue terrible, porque ves con impotencia que te queda el último peldaño por subir, pero tuvimos un tiempo horrible, con viento de hasta 80 kilómetros por hora y una sensación térmica inferior a los 40 grados bajo cero", explicó Ignacio García Pinacho, quien añadió que, más tarde, "nos dimos cuenta que hicimos bien en volver a pesar de que casi arañamos la cima".

Así, en la fecha límite que se habían marcado para lograr su objetivo, Nuria García Pachón e Ignacio García Pinacho, junto al montañero palentino Tente Lagunilla, se aprovecharon de que "hizo un día muy bueno, la montaña nos dejó llegar, lo que significó una recompensa a tanto trabajo", detalló García Pinacho.

"Nos alegramos muchísimo cuando colocamos la bandera de Valladolid, ya que en algún momento lo vimos mal. Sabes a lo que vas y pese a que hay momentos duros, vas muy mentalizado", indicó el montañero.

Nuria García Pachón, quien, anteriormente, alcanzó la cumbre de el Tumarí (5.200 metros), Bolivia, Nevado de Toluca (4.700 metros), Mexico, o el Mont Assiniboin (3.618 metros) o Canadá, precisó que tenían claro que "si la montaña se dejaba, teníamos que subir. Por suerte fue así y fue una ilusión muy grande conseguirlo".

En este sentido, Ignacio García Pinacho, que culminó anteriormente las cimas del Kilimanjaro (Kenia), el Illimani (6.670 metros), en Bolivia, o el Aconcagua (6.940 metros), entre otros, comentó que el montañismo "es una locura muy bonita que para entenderla hay que estar ahí".

"Disfrutas con los paisajes, vives experiencias al límite que te ayudan a conocerte mucho mejor. Nos planteamos retos y está claro que asumimos riesgos, pero como todo el mundo, aunque en esto un poco más. Cada uno sabe hasta dónde puede arriesgar", aseguró García Pinacho.