Carlos Navarro: "La planificación del sector fotovoltaico nacional es caótica"

El sector de las placas solares podría enfrentarse a un brusco recorte del precio por kilovatio y ver limitado su crecimiento si la nueva ley del Gobierno sale finalmente adelante. Carlos Navarro, vicepresidente de la recién creada Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF) y presidente de Siliken -una de las compañías miembro-, ve viable una reducción gradual de la prima por kilovatio -no la que propone Industria- y considera absurdo limitar el volumen de producción de este sector, cuya fuente de energía es el sol. Para Navarro, si el nuevo Decreto se aprueba, "España perderá una gran oportunidad en este sector de energía renovable".

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Siliken

Carlos Navarro, vicepresidente de la Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF)

-¿Por qué surge la Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF) al margen de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF)?

- Esta nueva asociación se ha creado principalmente porque queremos defender nuestros intereses y tomar las riendas de las negociaciones en primera persona. AEF ha nacido como un acto de responsabilidad ante la complicada situación en la que nos encontramos. A pesar de las disconformidades que podamos tener con ASIF, se mantiene un cierto contacto con esta patronal y con la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).

-¿Qué piensa de las inversiones en grandes extensiones frente a la instalación de placas solares en las cubiertas de los edificios?.

-Las dos tienen sus utilidades. Hay que potenciar las instalaciones sobre las cubiertas ya que tienen una serie de ventajas como la utilización de un área que ya está disponible, pero son menos sistematizables, porque cada una tiene una característica especial (orientación de la nave...). Sin embargo, las instalaciones sobre suelo no son nada despreciables, ya que lo que se está utilizando es suelo rústico de baja utilidad agrícola, en la que el dueño de este suelo recibe, en la mayoría de los casos, una renta muy superior al rendimiento que obtendría por el cultivo del cereal de su parcela. Este tipo de instalaciones sobre suelo tienen un componente de optimización de ingeniería y de sistematización mucho mayor que las anteriores al poderse hacer sin depender de las características de la nave o de la cubierta. Son una buena opción para hacer que las instalaciones fotovoltaicas contribuyan a la generación de electricidad en España. Con todo, ambas metodologías no son ni mucho menos antagónicas.

- El Gobierno quiere limitar a un cupo anual de 300 megavatios el número de instalaciones fotovoltaicas. ¿Qué opina?

- Para empezar, la planificación que tenemos en en el sector fotovoltaico español es caótica. En los últimos años, cada Real Decreto ha sido modificado sobre la marcha, se ha cambiado la estrategia, los volúmenes... no hemos tenido nunca un horizonte de cuatro años como tiene Alemania, un país que va trabajando de cuatro en cuatro años, tiempo suficiente para enfrentarse a los vaivenes del mercado, a las subidas y bajadas de precios, contrataciones...sin sufrir la incertidumbre regulatoria que tenemos en España. Esto es lo más negativo del sector fotovoltaico español. Los políticos no son capaces de dar un escenario estable con un horizonte que a la industria le sea razonable, un horizonte mínimo de dos o tres años. La limitación al número de instalaciones es otra vuelta de tuerca más de esta inestabilidad del sector.

El cupo anual de 300 megavatios no es coherente a la situación del sector de las placas solares y esto va a provocar la pérdida de muchos empleos. La poca fuerza que hemos conseguido las empresas españolas nos la están limitando. Es lamentable la falta de conocimiento de los políticos sobre lo que ya tiene España a nivel productivo. Los secretarios de energía y los ministros van en dirección contraria a la política de inversión del presidente Zapatero en energías renovables y desarrollo tecnológico. La gestión sin criterio se está cargando una industria que ya está en marcha con 27.000 empleos en estos momentos y unas inversiones lanzadas para llegar a la capacidad de los 800 megavatios que tiene el sector. Esta limitación es absurda.

- No hay duda de que los beneficios del sector fotovoltaico se han incrementado mucho durante los últimos años. ¿Qué opina de la propuesta del Gobierno de reducir la prima actual del sector (44 céntimos el kilovatio/hora) en un 35%?

-Concretamente el Gobierno quiere reducir el precio por kilovatio hora a 33 céntimos si hablamos de cubiertas de edificios o naves y a 29 céntimos si se trata de instalaciones sobre suelo, lo que supone una brusca bajada. En AEF estamos proponiendo para éstas últimas un precio de 35,8 céntimos, pero además con una bajada de un 7% anual (un 29%). Si sumamos a esta cifra un IPC del 4-5%, la bajada real es aún mayor. Nuestra intención es que llegue un momento en el que la tarifa no precise de ningún tipo de ayuda. Bajar las tarifas a un 10% al año con un cupo limitado, como propone el Gobierno, es algo imposible a no ser que importes la tecnología más barata del exterior. Estas medidas lo que hacen es cargarse la industria nacional, y por esta razón, muchas empresas como Siliken tendremos que irnos fuera para crecer. Además, hay que apuntar que toda esta tarifa se está invirtiendo en la industria para crear más capacidad y para atraer más inversiones. No hay ningún tipo de especulación.

- Entonces, ¿no cree que haya empresas que entren en el sector con el único interés de especular y ganar dinero, como por ejemplo, las inmobiliarias?

- Hay empresas inmobiliarias que están diversificando su actividad en inversiones fotovoltaicas que tienen muy poco riesgo, pero no considero que tengan fines especuladores. Puede haber algún tipo de especulación en alguno puntos de conexión, pero es lo mínimo, y la forma de acabar con ello es ajustar la tarifa, algo que llevamos proponiendo desde hace más de un año cuando ya se sabía que estaba corriendo mucho el sector y que debía revisarse el Real Decreto. Lo que pedíamos era un ajuste de tarifas, no una limitación de cupos ni un sistema de registros que complica mucho el sistema.

- Hace poco se produjo una moratoria en Estados Unidos que paralizó todos los proyectos fotovoltaicos para estudiar su impacto ambiental. ¿Cree que podría ocurrir lo mismo en España?

- No, no creo que se dé ese caso en España. Las instalaciones fotovoltaicas no dañan el medio ambiente. No ocurre como con las infraestructuras termosolares que pueden tener fugas de aceite y necesitan algún punto de agua. Las instalaciones de placas solares necesitan solamente un punto de conexión, ocupan un terreno durante el tiempo de la vida del proyecto y luego se desmantela -sus componentes son ligeros- y se deja todo como estaba.

-¿Cuáles son los próximos pasos de AEF?

-Queremos seguir en la misma línea, explicar la capacidad que tiene España y cuál es el beneficio de un sistema fotovoltaico de calidad. Intentamos mostrar lo que ya tenemos a pesar de la incertidumbre habitual del sistema de regulación español, una situación que queremos transmitir al ministro Sebastián y a Zapatero, ya que la interlocución que mantuvimos con el ministro de energía no fue nada fructífera.

En todas las tecnologías, como pasó con la eólica, se necesita una inversión hasta alcanzar el punto de madurez. Si el nuevo Real Decreto se aprueba, España puede perder una gran oportunidad. En el resto del mundo se está desarrollando este sector a un ritmo brutal y si en España se limita el tamaño y el volumen, lo que va a ocurrir es que en 4 ó 5 años vamos a tener que comprar equipamiento fotovoltaico a países como Alemania o China en vez de fabricarlo localmente. Es una lástima porque tenemos industrias que pueden suministrar toda esta tecnología e incluso ser exportadoras.