Ni Massa ni Hamilton… ¡¡Kovalainen!!

Heikki Kovalainen se ha convertido en el ganador número 100 de la historia de la Fórmula 1 al imponerse en el circuito de Hungaroring por delante de Timo Glock y Kimi Räikkönen. El finlandés ha tenido a la diosa fortuna de su parte, después de que su compañero y todavía líder del mundial, Lewis Hamilton, perdiera muchas posiciones por culpa de un pinchazo y de que Felipe Massa rompiera el motor a sólo tres giros de la bandera a cuadros. Fernando Alonso, cuarto, ha firmado su mejor actuación del año.

Kollanyi (EFE)

Heikki Kovalainen no se creía su primer podio en F1.

El Gran Premio de Hungría estaba escrito en clave McLaren antes del semáforo: Lewis Hamilton saldría primero seguido de su compañero, que se ocuparía desde el primer paso por meta de frenar a la posible concurrencia. 70 vueltas y dos paradas en boxes después, Hamilton y McLaren serían honrados en el podio con el God Save the Queen. Hasta aquí, ninguna duda. Pero, claro, luego sonó el despertador…

Felipe Massa, tercero en parrilla, aprovechó la nefasta arrancada de Kovalainen y Hamilton para ganarle el rebufo al inglés, abrirse al máximo para trazar la primera curva y, con pasada de frenada incluida, marcarle un exterior de libro al poleman. McLaren estaba K.O. antes siquiera del primer paso por meta. Por detrás, Alonso sacaba tajada del carril limpio y le ganaba la partida a Kimi Räikkönen en la frenada. El asturiano ya era sexto.

Las primeras vueltas dibujaban una carrera marcadamente estratégica, como manda la tradición en Hungaroring. Massa tenía que abrir el máximo hueco posible a sabiendas de que, como comentaban todos los indicios técnicos, tenía alguna vuelta de gasolina menos que Hamilton. Por detrás, Kovalainen intentaba recomponerse psicológicamente después de su empanada inicial, y Alonso contenía con comodidad al Ferrari de Räikkönen.

La ventaja de Massa crecía de dos décimas en dos décimas, hasta estabilizarse en los tres segundos y medio, margen con el que el brasileño entró por el carril de boxes para efectuar su primera parada. Ocho segundos después, el paulista regresaba a la pista justo por delante del grupito de Alonso y Räikkönen. Hamilton efectuó su parada una vuelta después (giro 19), aunque regresó no sólo detrás de Massa, sino de Fernando y Kimi. Felipe tenía media victoria en el bolsillo.

Problemas en los repostajes

El duelo por la tercera plaza entre Kovalainen y Glock se cerró con un empate a errores tras sus primeros repostajes. El finlandés, que paró dos vueltas más tarde que su compañero, lo que da un mérito extraordinario a su segunda posición en parrilla, vio cómo la pistola neumática que atornillaba la rueda trasera derecha de su McLaren se enganchaba; Glock, por su parte, cedió 13,5 segundos por un problema en la manguera de repostaje.

La quinta y sexta plaza tampoco sufrieron variación alguna. Bueno, mentira, sí la hubo. Robert Kubica, desapareció del mapa en la vuelta 18, la escogida por los técnicos de BMW para hacerle entrar a boxes. El polaco, que corría ante su numerosa (y ruidosa) afición, desaparecería del mapa hasta emerger en la zona de puntos al final de la carrera. Así que Fernando Alonso y Kimi Räikkönen, por este orden, le robaron la posición tras su preceptiva primera detención

El segundo cuarto de carrera fue testigo del mejor Massa, que volaba en cabeza aumentando su diferencia con Hamilton giro a giro. En ese momento, el centro de atención de la carrera estaba en los sospechosos incendios registrados en hasta tres mangueras de repostaje de otros tantos equipos, Toro Rosso (con Sébastien Bourdais), Williams (Kazuki Nakajima) y Honda (Rubens Barrichello). Los responsables de Intertechnique, la empresa suministradora del equipo de repostaje de todos los equipos de F-1, tiene mucho que investigar después de este Gran Premio…

El pinchazo de Hamilton

Felix Heyder (EFE)

Quemó su neumático delantero derecho

Vuelta 34, Massa lidera el GP con cuatro segundos de margen sobre Hamilton. Kovalainen, tercero, empieza a perder terreno del orden de casi un segundo por vuelta hasta estabilizar su diferencia (y, en consecuencia, repescar su ritmo de carrera) cinco giros después. ¿Problemas? Probablemente ninguno. Su equipo, conocedor de la estrategia de Massa (no olvidemos que paró una vuelta antes que Hamilton), sabía que el brasileño pararía antes que su primer espada, que gozaba de dos o tres vueltas extra de carburante.

En condiciones normales, el de Ferrari habría repostado y regresado a la pista en tercer lugar, a más de diez segundos de Kovalainen. En este nuevo escenario, al hacer perder tiempo al finlandés, éste podría ejercer de tapón para el líder virtual de la carrera, y así permitir a Hamilton enjugar los cuatro o cinco segundos de margen que necesitaría para efectuar su segunda parada y reintegrarse en la carrera como primer clasificado. Rebuscado, ¿verdad?

Sin embargo, los estrategas de McLaren dejaron de hacer cábalas en la vuelta 41. Hamilton se pasó de frenada en la segunda curva, degradando de tal manera el neumático delantero derecho (el que más sufre en Hungaroring) que la goma dijo basta. Un pinchazo, tres kilómetros por delante a muy baja velocidad y la carrera perdida. Una vez más, su agresiva conducción descubrió el gran defecto del de Tewin: sus sucesivas pasadas de frenada degradan los neumáticos en exceso, y en esta pista, donde Bridgestone ofrecía dos compuestos a escoger, el blando y el extrablando, este hándicap multiplicaba por diez la posibilidad de pinchar.

Enésimo error estratégico de Renault

De vuelta a la carrera, Hamilton aprovechó la circunstancia para efectuar su segunda y última parada y regresar a pista con gomas blandas y 28 vueltas (¡!) por delante (pavor en el seno de McLaren). Entre tanto, Massa cubría su plaza de privilegio de un posible coche de seguridad deteniéndose tras el 44º paso por meta. El brasileño lideraba el GP por delante de Kovalainen, que ahora intentaba recuperar el tiempo perdido a posta, y Timo Glock, que empezaba a soñar con su primer podio en F-1. Alonso ocupaba la cuarta plaza, todavía por delante de Räikkönen, al que llevaba conteniendo con la autoridad y el temple que sólo tienen los campeones desde la primera vuelta del GP. Es más, el finlandés cometió un error de novato en la segunda curva del trazado, al perder la zaga como consecuencia de un mal accionamiento del repartidor de frenada, que derivó demasiado porcentaje de freno al eje posterior.

Los dos segundos perdidos en el lance parecían confirmarle en quinta posición. Sin embargo, todo se truncó a su favor después de un error estratégico (y van…) de Renault. Fernando Alonso paró en la vuelta 50, regresando a la pista en una zona cargada de tráfico. El tiempo perdido con los tanques llenos y doblando a pilotos, combinado con el hueco de que disfrutaba Räikkönen y sus dos vueltas extra con los depósitos vacíos, auparon al finlandés al cuarto lugar. Una pena.

Esta última fase de carrera despertó de su letargo al Kimi de las grandes ocasiones. Después de casi cinco GG.PP. agazapado, el campeón de 2007 empezó a marcar una vuelta rápida tras otra para escaparse a la caza de Timo Glock, al que alcanzó a pocas vueltas del final. Sin embargo, la peculiar morfología del trazado magiar, más parecida a un circuito de karting que a uno de F-1, impidió el adelantamiento.

La mayor sorpresa (e injusticia) de la carrera

Sin embargo, la mayor sorpresa (e injusticia) de la carrera estaba por llegar. A sólo dos vueltas del final, el V8 de Massa dijo basta. Para encontrar un fallo por rotura de motor nos tenemos que remontar al GP de Australia, primera cita puntuable de la presente temporada, aunque si excluimos este incidente (en parte debido a la falta de adaptación a la nueva centralita única), la última rotura mecánica de un Ferrari ocurrió en el GP de Japón de 2006, con Michael Schumacher como desafortunado protagonista. Se esfumaba así toda posibilidad de robar a Hamilton el liderazgo del mundial…

Beliczay (EFE)

El Ferrari deja tirado a Massa a dos vueltas del final.

El abandono del brasileño dejaba a Heikki Kovalainen a las puertas de su primer triunfo en un GP. El finlandés, que saltó al estrellato en 2004 después de ganar las World Series by Nissan, se hacía así con el carné número 100 del club de ganadores de un GP de F-1. Le acompañaron en el podio un exultante Timo Glock y el recuperado Kimi Räikkönen, que no visitaba un cajón desde el GP de Francia. Fernando Alonso, cuarto por delante de Hamilton, igualó su mejor resultado del año y, en su mejor actuación global, salvó parcialmente el shock que a nivel de imagen supuso el GP de Alemania.

El podio se nos quedó a un paso pero, por lo menos, el futuro español en F-1 se puede felicitar de dos grandiosas noticias este fin de semana: Dani Juncadella ha obtenido dos victorias en sendas citas puntuables de la F-BMW Eurocup en Hungaroring, y su compañero en el Red Bull Junior Team, Jaime Alguersuari Jr, mantiene el liderazgo de la F-3 Británica tras el meeting de Spa-Francorchamps. Memoricen sus nombres.

El próximo Gran Premio de Fórmula 1 se celebrará el 24 de agosto en Valencia (GP de Europa). Aquí puedes consultar la clasificación mundial.