La Campus Party de Valencia exhibe una foca de peluche que se ha convertido en el primer robot terapéutico disponible en España, con un interior repleto de decenas de sensores, dos minicámaras y siete motores que pretenden ayudar a pacientes de Alzheimer, autistas y enfermos de demencia senil.Así lo ha explicado a Efe Javier Carrasco, miembro de la división de Estrategia de Innovación del BBVA que ha presentado su adquisición en las instalaciones de Feria Valencia.Inventado por el japonés Takanori Sibata, este proyecto cuenta con el respaldo de veinte estudios realizados en todo el mundo sobre los beneficios que aporta a personas que padecen Alzheimer, demencia senil o autismo.Por el momento este robot no ha sido utilizado en España, aunque en Japón se comercializa a unos 3.000 euros la unidad, según Carrasco, quien ha matizado que en nuestro país "podría alcanzar un precio diferente" e inferior al del país nipón.La foca responde a estímulos de movimiento, voz, tacto y luz -no en vano lleva sensores incluso en los bigotes-, lo que le permite quejarse cuando es acariciada de forma inadecuada y seguir con la cabeza a su interlocutor, entre otras posibilidades."Tiene un módulo de aprendizaje gracias al cual se acostumbra a la voz de su dueño", ha precisado Carrasco, quien ha incidido en que también dispone de un software que le permite tratar ciertas enfermedades reduciendo la agresividad de los pacientes."No es como una mascota. Es mucho más", ha insistido Carrasco, quien también ha recalcado que "es muy útil en el caso de los chicos con autismo, ya que su limpieza diaria se convierte en un espacio donde tienen que convivir entre ellos".Por el momento se desconoce el alcance del proyecto, que será evaluado próximamente por la fundación de esta entidad bancaria para su posible implantación.Este robot fue galardonado con el Premio Guinness 2002 al más innovador de su categoría y funciona con una batería que puede recargarse a través del chupete que lleva incorporado.Además la "leyenda" en torno a este robot cuenta que la decisión de optar por la forma de una foca en vez de otro animal se debió a la intención de su inventor de no herir sensibilidades recordando a los pacientes alguna mascota ya fallecida.Al lado de este robot terapéutico se encuentra Actroid-Der 2, un androide que simula una mujer de rasgos orientales y que es capaz de contestar a una serie de preguntas para satisfacer las necesidades de su interlocutor."En un futuro podría estar detrás del recibidor de un hotel respondiendo las dudas de los clientes sobre dónde está el baño o su habitación", según ha explicado uno de los miembros de Campus Futuro, donde están instalados ambos robots.