"Bangkok Dangerous", violencia gratuita con un Nicholas Cage inexpresivo

Redacción Internacional.-  Nicholas Cage ganó un merecido Óscar por "Leaving Las Vegas" en 1995 y realizó mas de una brillante interpretación al comienzo de su carrera, pero fue descubrir el cine de acción y tatuarse la inexpresividad en la cara y, como muestra, su último trabajo en "Bangkok Dangerous".

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(EFE)

El actor estadounidense Nicolas Cage habla desde el podio después de ser premiado como "Hombre del año GQ 2006" que concede la revista alemana de caballeros GQ .

Remake de una película tailandesa de 1999, con el mismo título y con los mismos directores -Oxide Pang Chun y Danny Pang-, el filme se limita a encadenar una serie de secuencias violentas de acción bien rodadas que hacen avanzar un guión repetitivo, moralista y con diálogos que rozan el absurdo.

"Bangkok Dangerous" es la historia de un asesino a sueldo que sólo mata a "malos" y que no deja rastros tras de sí, ni materiales ni humanos.

Hasta que va a Bangkok a realizar una serie de trabajos y se encuentra con un joven muy dispuesto a ayudarle y a aprender de él -hasta le llama 'maestro'- y a una guapa tailandesa, sordomuda -detalle importante para no escuchar los tiros que pega su novio- que le hace dudar de su profesión y de su moralidad.

Llena de tópicos y moralinas, la violencia va 'in crescendo' según avanza la película, con brazos y torsos que vuelan, explosiones, sangre y muertos por doquier.

Gran parte de la acción se desarrolla en sitios oscuros o por la noche, aprovechando el bonito decorado que ofrece Bangkok. Aunque la mejor escena de persecución es la que se desarrolla en un mercado flotante, a plena luz del día.

Las escenas de acción son la parte mejor resuelta de la película, con un marcado estilo asiático, pero se desarrollan casi como entes independientes de una historia que sólo sirve de excusa para la violencia.

Una violencia resaltada por una música que sube y sube de volumen, con ese característico estilo de ciertas películas que confunden decibelios con fuerza musical.

Los actores no se creen sus papeles y sólo destaca el tailandés Shahkrit Yamnarm como "Kong", el joven discípulo del asesino protagonista.

Una pena que Nicholas Cage haya optado por este tipo de cine y no nos ofrezca interpretaciones como las que realizó en "Birdy" (1984), "Moonstruck" ("Hechizo de Luna") (1987), "Wild at heart" ("Corazón salvaje") (1990) o "Leaving Las Vegas".

Y peor aún que repita el infame peinado de Tom Hanks en "The Da Vinci Code" ("El código Da Vinci") (2006).