El líder de la oposición en libertad bajo fianza, tras su detención por sodomía

Kuala Lumpur.-  El líder de la oposición y ex viceprimer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, fue hoy puesto en libertad bajo fianza tras pasar la noche detenido para responder a una acusación de sodomía presentada en medio del deterioro de la imagen del Gobierno.

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(EFE)

El ex viceprimer ministro malayo y líder de la oposición, Anwar Ibrahim (i), y su mujer, Wan Azizah, sonríen tras dar una rueda de prensa en su residencia de Kuala Lumpur, Malasia, hoy jueves 17 de julio.

Anwar salió de la jefatura después de depositar una fianza de 150.000 ringgit (unos 46.500 dólares, 29.200 euros) y de que fuera informado de la obligatoriedad de comparecer ante la Policía el próximo 18 de julio.

A su salida de las dependencias policiales por la puerta trasera, el líder opositor reiteró su inocencia, y dudó de que la Policía, que le interrogó durante ocho horas durante el miércoles, disponga de pruebas para presentar el caso en los tribunales de Justicia.

"Esto significa que no tienen un caso contra mí", declaró Anwar a los periodistas y al puñado de seguidores que le aguardaban a la salida de la comisaría central de la Policía.

El abogado Sankara Nair dijo que la Policía concedió la "libertad bajo fianza" a Anwar, quien tiene previsto reanudar de inmediato la actividad política como líder "de facto" del Partido Justicialista (Keadilan), la principal formación de la oposición.

La Policía detuvo el pasado miércoles al líder opositor para interrogarle en relación con el testimonio de un ex colaborador que le acusa de haberle sodomizado, el mismo delito que le llevó a la cárcel hace diez años y del que fue absuelto en 2004.

El líder estudiantil Mohd Saiful Bukhari Azlan, de 23 años, que trabajó en el equipo de Anwar durante las elecciones generales del pasado 8 de marzo, denunció a la policía que fue sodomizado por su ex jefe el 26 de junio de éste año.

Anwar, de 61 años, mantiene que esa acusación forma parte de una conspiración urdida por políticos del Gobierno para impedir que pueda ocupar un escaño en el Parlamento, y a su vez, también restar apoyo popular a las filas de la oposición.

Antes de que fuera detenido, Anwar admitió que tras la acusación de sodomía, su partido tiene dificultades para atraer hacia sus filas a los políticos malasios que sopesan abandonar la coalición gubernamental que capitanea el primer ministro Abdula Badawi.

La versión de Anwar ha sido rechazada por la "mano derecha" de Abdula, el ministro del Interior, Syed Hamid Albar, quien mantiene que la acusación de sodomía no esconde un objetivo político.

"Ni existe un motivo siniestro, ni es una conspiración" declaró a la prensa el ministro del interior.

La esposa y actual presidenta del Keadilan, Azizah Ismail, así como otros destacados miembros del partido, también acusan al Gobierno de Abdula de intentar truncar la vida política de Anwar por considerarlo una amenaza para el poder de la coalición gubernamental, que rige Malasia desde 1957.

Anwar fue puesto en libertad bajo fianza el mismo día en el que la Organización Nacional para la Unidad Malasia (UNMO), inició una serie de reuniones para trazar una nueva estrategia política y decidir si mantiene a Badawi al frente de la coalición gubernamental pese al revés sufrido en los últimos comicios.

"Los miembros necesitan encontrar formulas para mantener la unidad con el fin de asegurar que el partido continúe siendo relevante", señaló Ahmad Faizal, destacado dirigente de la UNMO.

Desde que se celebraron las elecciones, Abdula ha convocado dos reuniones de urgencia con la finalidad de confirmar que tiene el apoyo de los trece partidos que integran la coalición gubernamental.

El pasado mayo, el ex primer ministro Mahathir Mohamad abandonó la UMNO, principal formación de la coalición, tras una larga disputa con su sucesor, Abdula, a quien pidió la dimisión por el desastroso resultado en las elecciones.

La coalición o Frente Nacional perdió en esos comicios el Gobierno de cuatro estados ante la oposición y la mayoría de dos tercios en el Parlamento.

Mahathir designó a Abdula como su sucesor en 2003 y comenzaron a aparecer divergencias un año después.

Anwar recurrió la semana pasada a la ley islámica para defender su honra, porque la parte acusadora en un caso de fornicación debe probar sus alegaciones con al menos cuatro testigos del acto sexual cometido.

La pena máxima bajo la ley islámica son tres años de prisión, o 5.000 ringgit (1.541 dólares o 971 euros), mientras que el Código Penal de Malasia castiga ese delito con hasta 20 años de cárcel.

Hace diez años, Anwar, entonces viceprimer ministro y titular de Finanzas, fue acusado de abuso de poder y sodomía, delitos que le valieron seis y nueve años de prisión, respectivamente.